PRI en QRoo lo asesinó Borge

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Por Carlos Cantón Zetina
El sábado pasado los aspirantes a la candidatura del PRI para gobernador de Quintana Roo firmaron un Pacto de Sumisión, que no de “unidad”, el cual les fue impuesto por la mafiosa cúpula tricolor.

Ante Manlio Fabio Beltrones se comprometieron a que, después de que por “dedazo” de Enrique Peña Nieto surja el abanderado, nadie protestará ni se rebelará ni se irá del partido ni osará “chantajear”. Todos obedientes y subyugados.

El líder nacional del tricolor intercedió frente al desbarajuste creado por el autoritarismo a ultranza de Roberto Borge Angulo e intentó lanzar un mensaje de concordia interna… que no existe.

Se equivoca Beltrones: el acuerdo de “unidad” debería ser suscrito no por los pretendientes sino por sus padrinos políticos. El gobernador Borge y su antecesor Félix González Canto, ambos priistas, son titiriteros de los principales aspirantes.

Además, el pacto llega demasiado tarde, pues es extremada la escisión en el denominado partido oficial.

(Quintana Roo es el único estado donde aún no hay definición, de los 12 en los que habrá elecciones de gobernador este año).

Carlos Joaquín González (CJG) fue obligado a renunciar a su militancia debido al feroz ataque del “Primer Priista del estado”.

Y otros precandidatos se han golpeteado entre sí, de manera pública o soterrada. Está como ejemplo la dura respuesta de Eduardo Espinosa Abuxapqui, alcalde de Chetumal y uno de los prospectos, tras de que su rival José Luis “Chanito” Toledo (delfín de Borge) hizo circular la falsa versión de que él ya había sido nominado.image

El 11 de enero explotó Abuxapqui. Dijo que “todos están en la jugada” y acusó: “Que me digan qué carrera política ha tenido Chanito, qué ha hecho por Quintana Roo en cuatro, cinco años. Para mí no es gallo”.

También protestó Gabriel Mendicuti Loría, otro aspirante, pues Toledo mandó publicar que el Secretario de Gobierno había declinado a su favor. Fustigó a quienes divulgan “información falsa” y advirtió: “No declino ni declinaré”. Ver: http://carloscantonzetina.blogspot.mx/2016/01/inmaduro-chanito-toledo-provoca-la-ira.html

En ese cuadro de rompimiento en el PRI se inscriben las guerras sucias orquestadas por el truhan Ulises Ruiz Ortiz (delegado del partido en Quintana Roo y ex gobernador de Oaxaca) contra los rivales de Mauricio Góngora Escalante en pos de la candidatura.

Ahora no son 6 sino 7 los aspirantes. A la lista de “ponys” dados a conocer desde el 18 de agosto de 2015 por Borge, se añadió a Cora Amalia Castilla, vilipendiada por los adláteres del gobierno estatal durante los últimos meses. La colocaron para hacer montón y agrandar la idea de “unidad”.

Ya habían firmado el 28 de diciembre un acuerdo semejante (con la excepción de CJG y Cora Amalia). Y el 9 de febrero, tras la salida de Carlos, el gobernador reunió a los alcaldes, todos del PRI, para reforzar su idílica imagen de concordia.

Sin el control de su propia sucesión y con vasta procacidad, Borge es el principal causante de la división en PRI estatal. Ahora incluso alienta la antropofagia que socava al partido. Se comen unos a otros, en un deplorable espectáculo como parte de la lucha por el poder.

Hay un escenario kafkiano construido por el gobernador: divide a su partido y, sin proponérselo, fortalece a su “enemigo número uno” CJG, cabeza de la alianza PAN-PRD “Quintana Roo UNE. Una Nueva Esperanza”. Una estrategia absurda, fallida la de Borge…
MENDICUTI Y
ABUXAPQUI
Es grave que el gobernador, con acciones y decires, también polarice a la sociedad.

La embestida gubernamental contra Mendicuti en publicaciones oficialistas y en redes sociales (por trolles identificados como criados de Borge) es quizá el episodio más vergonzante del accidentado proceso de selección de candidato.

Se pensó que la fantasmagórica unidad tenía como acción culminante la renuncia de Carlos Joaquín a una militancia de 17 años. No fue así.

Ese fue un caso paradigmático de la honda fractura intestina del tricolor, contrario al falaz discurso gubernamental de la concordia.

Luego vino el insólito y grosero ataque a Mendicuti, quien no es cualquier funcionario: nada menos que Secretario de Gobierno, en teoría el segundo al mando en el estado. Al menos, hace el trabajo que debería realizar Borge.

La declaración que le formuló el 18 de febrero al periodista Francisco Garfias, de Excélsior, provocó la ira de las deidades políticas en Quintana Roo. Mendicuti dijo que “Chanito”, estaba eliminado y que ya sólo quedan 4 aspirantes: Mauricio Góngora, Paul Carrillo, Eduardo Espinosa Abuxapqui y el mismo Secretario. Ver: http://www.excelsior.com.mx/opinion/francisco-garfias/2016/02/18/1075867

El artero operativo de “guerra sucia” que el gobierno estatal ha infligido a políticos, periodistas y ciudadanos disidentes, esta vez fue dirigido a Mendicuti. Y fue de manera impía. El canibalismo en su más cruda expresión.

Desde hace más de un año, Borge se convirtió en precursor de la división interna del partido: con su afán de heredar la gubernatura a un incondicional adelantó los tiempos políticos y las pugnas domésticas, al destapar a su consentido Toledo Medina. (Incongruente, luego regañó a los “adelantados”).

Agudizó la escisión cuando públicamente reveló a través de Twitter una lista de 6 “ponys” para abanderar al PRI, con todo y sus fotos. Excluyó a Carlos Joaquín y a Cora Amalia, y puso a pelear entre sí, con harta anticipación político-electoral, a su sexteta: Mendicuti, Abuxapqui, Toledo, Góngora, Carrillo y Raymundo King.

Además dio el banderazo a la batalla entre dos grupos: el que encabezan él y Félix, y el que abanderan los Joaquín, una familia con arraigo en el estado. Ambos bandos son de Cozumel.

CJG, exalcalde de Solidaridad, es hermano del ex gobernador Pedro Joaquín Coldwell y tercer hijo del empresario Nasim Joaquín Ibarra. También es hermano de Addy Joaquín, quien fue candidata del PAN a la gubernatura en 2005 y perdió ante el priista Félix.

El 4 de agosto del año pasado, Borge soltó su aberrante frase sobre el “quintanarroismo” con la que desafió a la cúpula nacional del PRI y torpedeó a Carlos Joaquín, originario de Mérida: “Quintana Roo para los quintanarroenses…Nunca más bajo la sombra de nuestros vecinos de Yucatán”.

Esa fue una forma de división y hasta discriminación: el 24% de los habitantes del estado es de origen yucateco. En general, 72% de los quintanarroenses que viven, trabajan y votan aquí, nacieron en otros estados del país, principalmente Veracruz, Tabasco, Yucatán, Campeche, Oaxaca, Chiapas y DF.

CARLOS JOAQUÍN. LA ALTERNANCIA

Su arcaico nativismo se le revirtió en virtud de que Góngora, Carrillo, Mendicuti y hasta “Chanito” habrían nacido en Yucatán, mientras que King es del Distrito Federal. El único quintanarroense “puro” es Abuxapqui.

El 9 de septiembre, en su 2º. Informe, Borge volvió con su sonsonete y lanzó otro dardo al ex subsecretario de Turismo: “Entre el quintanarroísmo no tienen cabida los aventureros de la política que dividen o destruyen”.

El 8 de octubre insistió en su “quintanarroísmo” y sugirió que Carlos Joaquín es mesiánico y se siente predestinado. Su andanada incluyó al secretario de Energía, Pedro Joaquín.

En noviembre se produjo otra embestida contra CJG, luego de que, el día 21, una camioneta del equipo del ex subsecretario chocó contra un automóvil cuyos 7 tripulantes fallecieron, en una carretera de la zona maya. Los medios afines al gobernador, incluido el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social (SQCS), lanzaron expresiones como “asesino” y “Carlos Joaquín mata a siete”.

Lo dicho: Borge es el principal destructor del PRI.

Y mientras, se fortalece la coalición PAN-PRD, a la que se unen opositores al régimen como Julián Ricalde, Gerardo Mora Vallejo, Graciela Saldaña, Ivanova Pool, Alicia Ricalde, Julián Aguilar y Jorge Aguilar Osorio. La lucha por la alternancia va muy en serio…

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