Raymundo King, otro depredador borgista
La «carrera política» de Raymundo King de la Rosa empezó cargando un portafolio en la campaña de Félix González Canto a la gubernatura del estado. Roberto Borge era secretario particular del candidato y Raymundo King a su vez secretario de Borge. Proveniente de humilde familia chetuamaleña, Raymundo de repente se encontró con una mina de oro: los cozumeleños arribados al ejercicio del poder necesitaban chetumaleños sin escrúpulos para convertirlos en cómplices del atraco al erario. Raymundo es uno de ellos. Pero salió vivo: aprendió rápido el estilo depredador de sus jefes cozumeleños y ahora es un nuevo rico, pero el dinero malhabido le ha aumentado la soberbia y la prepotencia, el cinismo y la cleptomanía.
Durante la campaña de Borge a la gubernatura Raymundo traía siempre un portafolio repleto de billetes. Era el encargado de pagar a activistas políticos, líderes de colonia, periodistas bandidos, etc. Pero desde entonces ya había aprendido: en cada caso le daba su pellizcada al recurso. Y el que reparte se acaba quedando con la mejor parte, ya se sabe.
A pesar de su ignorancia, su incompetencia, soberbia y cleptomanía, dos veces Borge ha impuesto a Raymundo como presidente del PRI en el estado y lo hizo diputado federal.
En el PRI Raymundo encontró las condiciones ideales para atracar a manos llenas, pues nadie puede documentar sus latrocinios, pues ya se sabe que la mayor parte de los recursos del PRI salen del erario estatal por debajo del agua, porque son ilegales esas transferencias de dinero público. Esa ha sido la mina de Raymundo, por eso durante sus períodos en el PRI no hay siquiera para el papel para los oficios y los secretarios del comité tienen que esperar meses para recuperar viáticos y otros gastos que hacen de su bolsa. Calculan en más de doscientos mil pesos mensuales el atraco en esa vertiente.
En Chetumal también se conoce otra anécdota que retrata la catadura del ahora diputado plurinominal electo: durante su primera estancia en el PRI le pidió a un constructor que le remodelara su casa, para que estuviera al nivel de su nuevo cargo, de sus aspiraciones y de sus ambiciones. Así lo hizo el constructor, pero cuando quiso cobrar, Raymundo le dijo: Qué te pasa, acaso no tienes visión, voy a ser diputado federal y gobernador del Estado y tú vas a querer obra pública.
Y, claro, no pagó.
Lo mismo le ocurrió a un proveedor que llevó e instaló equipos de entretenimiento de última tecnología en la residencia remodelada.
Y ni qué decir del tren de vida que lleva su familia, con vehículos de lujo nuevos más de una vez al año, viajes frecuentes al extranjero y mucho más. Todo muy visible entre la sociedad chetumaleña.
Y es apenas una muestra de los latrocinios de Raymundo. Podrá revisarlo Carlos Joaquín?
Y se pregunta uno, cómo es que su hermano Omar tiene una casa en Andara y tres vehículos del año en su garaje.
HACE UN MES ESTUVO EN EUROPA EL CIERRE DE LA LIGA DE CAMPIONES, ASI TAMBIEN LE COMPRO UN AUDI A5 A SU ESPOSA, ADEMAS DE UNA SUBURBAN ROJA PARA SU USO Y UNA CHEYENE ROJA TODOS DE RECIENTE MODELO Y DE LOS MODELOS MAS EQUIPADOS