Por: Luces del Siglo
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) elabora una nueva Norma Oficial Mexicana (NOM) para los arrecifes de coral, que dicte los lineamientos y restricciones para su conservación y protección.
El dato es relevante, debido a que los reportes científicos le dan 20 años de vida al Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) si persiste el ritmo de degradación del macizo coralino, del cual depende la economía, la alimentación y seguridad de millones de personas asentadas en las costas de Quintana Roo, Belice, Guatemala y Honduras.
“Existen muchos arrecifes que no están dentro de un Área Natural Protegida (ANP), entonces no tienen regulación ante la actividad turística; dado esto, nuestro colega, Carlos Godínez, en Cabo Pulmo, que tiene uno de los arrecifes coralinos en el Pacífico, propuso como iniciativa de elaborar una Norma Oficial de Arrecife Coralino.
“Un primer borrador ya pasó la primera revisión con los colegas y está en el Jurídico”, informó María del Carmen García Rivas, directora de las ANPs Parque Nacional Arrecifes de Puerto Morelos e Isla Contoy.
La idea es –dijo− que a través de esa futura Norma Oficial Mexicana se regule el uso público en todas las formaciones coralinas de México.
En el arrecife coralino de Islache, en Isla Contoy, se cuenta con boyas y límites de grupos para ingresar al área natural, de acuerdo con regulaciones ambientales y turísticas.
“Sin embargo, fuera de Contoy hay un arrecife que se llama ‘el otro Islache’, en donde a veces llegan prestadores del servicio turístico de tiburón ballena que generalmente llevan chaleco pero no guía, por ejemplo; entonces debemos homologar criterios para evitar perder esas zonas arrecifales que no entraron dentro del polígono de la Reserva de la Biosfera del Caribe Mexicano”, explicó
La NOM sobre arrecifes, que se diseña actualmente, busca establecer criterios para limitar la distancia a la cual el turista o buzo se puede acercar al arrecife; así como no usar bronceadores o bloqueadores solares que puedan dañar al arrecife. 2017 será decisivo para avanzar en torno al diseño, consulta y socialización de la norma.
Con los años contados García Rivas participó en uno de los foros paralelos a las actividades de la Cumbre Mundial sobre Biodiversidad (COP 13) que se realiza en el hotel Moon Palace.
En dicho foro, efectuado a iniciativa del Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, de la fundación MAR Fund y de la iniciativa Arrecifes Saludables, la funcionaria exhortó a la acción debido a que al Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) le restan 20 años de vida si los malos hábitos de consumo personales, las actividades turísticas no sostenibles, la excesiva pesca, la contaminación del agua y la acidificación de los corales persisten al ritmo actual.
“El arrecife es uno de los ecosistemas más dañados en Quintana Roo, más vulnerable ante el cambio climático y mucho más vulnerable a un mal manejo de aguas.
Lo estamos viendo el crecimiento de macroalgas. Las investigaciones hechas por colegas especializados en fisiología del coral muestran cómo ha habido un cambio en el mismo, puesto que no está asimilando el carbonato de calcio; el coral se está descalcificando y la materia orgánica ha hecho que aumente la cobertura de macroalgas que lo ahogan; la sobrepesca provoca que no haya peces que coman esas algas… eso nos ha llevado a concluir que el arrecife podría morir en 20 años”, sostuvo en entrevista.
Aunado a ello está el calentamiento global, que al incrementar la temperatura del océano aumenta la acidificación del agua, cambiando su PH, lo que contribuye al blanqueamiento del coral.
“Por eso decimos que está colapsando, específicamente el arrecife del Caribe, el SAM. Son resultados de modelos científicos que sin duda son dramáticos, pero en lugar de paralizarnos deben servir para tomar acciones concretas, personales, colectivas e institucionales”, detalló.