Todos los días, literalmente hablando, el presidente Enrique Peña Nieto le pregunta al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, si ya tiene ubicado al exgobernador de Veracruz, Javier Duarte.
Todos los días la respuesta es la misma: exactamente no, pero sí saben en qué países se esconde indistintamente.
Dicen los que saben que Duarte se mueve constantemente entre Guatemala y Costa Rica, y que en el gobierno están convencidos de que las rutas que utiliza y las propiedades en donde se esconde no fueron armadas sobre la marcha durante la huida, sino que formaban parte de un plan previo que preparó con sus abogados llegado el caso que tuviera que escaparse de la justicia.
Las autoridades mexicanas están convencidas de la participación directa de sus abogados para esconderlo, y están recibiendo el apoyo de los gobiernos centroamericanos para romper la logística que tiene Duarte.
Hay temor dentro del gobierno de que Duarte, dado su carácter, pueda llegar a suicidarse, pero al mismo tiempo los tranquiliza el hecho que en la fuga lo acompaña su esposa Karime, quien se ha convertido en la mejor aliada, inopinada, para que el exgobernador pueda ser encontrado vivo.
La presión para Gobernación ha crecido, lo que explica el cateo en la casa de sus suegros la semana pasada en Chiapas, donde están viviendo también los hijos de Duarte, en busca de pistas que lo conduzcan a él, y un golpe al financiamiento que pudiera tener de sus suegros, para que se vaya quedando sin dinero y esté más expuesto a un error que lo delate. (Veracruz Info)