“A los fotoperiodistas también nos da miedo salir y también nos matan”, escribe Lucía Vergara. Durante años, con su cámara, la autora se ha dedicado a documentar las agresiones a la prensa y el impacto social de los asesinatos de periodistas desde una perspectiva de los derechos humanos. En el siguiente texto reflexiona sobre las trascendencia de quienes han asumido un compromiso a favor de la sociedad con su trabajo diario.
Por Lucía Vergara
No. No podemos normalizar ni justificar la violencia contra la prensa en un país en el que han matado a 106 comunicadores y 26 más permanecen desaparecidos. No podemos minimizar las agresiones cuando hay un 98 por ciento de impunidad.
La prensa tiene muchas fallas. Pero, ¿por qué no debemos aplaudir que en una protesta haya empujones y avienten agua contra los equipos fotográficos? Porque en México también matan periodistas y también hay impunidad. En muchas zonas también les da miedo salir de su casa, también han cambiado de rutina, de estado… también desaparecen…
Muchos de los fotoperiodistas que he visto que están indignados por las agresiones no es de gratis: han sido amenazados, agredidos, han visto amigos y colegas morir, y nuestro primer error como prensa fue que aceptáramos un empujón, una amenaza, un golpe como “gaje de oficio”.
Cuando exigimos respeto ya era tarde, ya habían matado a periodistas. Y este respeto del que hablo no es por ser comunicadores sino por ser parte de la sociedad y así como los manifestantes quieren una mejor sociedad y salen a protestar, nosotros también queremos un mejor país y nuestro granito de arena se llama pluma, cámara, grabadora. Un ejemplo del compromiso con la defensa de los derechos humanos fue Rubén Espinosa, quien también fue asesinado.
Ni el protestante vale más, ni la prensa. Valemos lo mismo porque somos personas. Y si no hemos entendido que los derechos son de todos nos falta como sociedad mucho que aprender.
Además, muchos periodistas compran su equipo, cualquier falla debe ser arreglada con dinero de su bolsillo y aún así salen todos los días a dar la cara. Goyo ganaba 20 pesos por nota y su amor a la fotografía lo llevo al fotoperiodismo. En su afán por informar también fue asesinado.
Sí. A los fotoperiodistas también nos da miedo salir y también nos matan. Pero muchos han asumido un compromiso con la sociedad, lo más fácil sería vender helados, pero no, mañana saldrán a la calle Pablo Pérez, Sáshenka Gutiérrez, Alejandro Meléndez Ortiz, Lucía Flores Mario Marlo y Somos el medio… y muchos más, pese a las agresiones y pese a la incomodidad que “sus cámaras pueden ocasionar”. Y cuando maten a un periodista también saldrán a las calles a exigir justicia.
Insisto. Bienvenido el debate, bienvenida la crítica y la reflexión pero la violencia no es la forma de tratar ni a la prensa ni a la sociedad. Y menos entre nosotro
* Lucía Vergara es fotoperiodista (@LuuMafu).
Es egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García. De 2004 a 2016 fue Oficial del Programa de Comunicación y Contenidos Digitales de ARTICLE 19, Oficina para México y Centroamérica. Fue productora en Zigma periodistas, programa de Ibero radio y también en Megáfono de Rompeviento TV. Ha colaborado en medios como Mic Photo Press, Animal Político, Emeequis, Pie de Página y En El Camino. Actualmente también coordina los contenidos audiovisuales de Mientras tanto en México.
También es autora de la plataforma “De profesión… periodista”, un Memorial en honor a los periodistas asesinados y desaparecidos en México.
* La fotografía es de la inauguración de la exposición “Cartas a Rubén”, en Xalapa, Veracruz, en agosto de 2016. Un homenaje de FotoReporterosMx (@FotoReporMx) al fotoperiodista Rubén Espinosa, asesinado en la Ciudad de México en 2015.