Las trabajadoras y los trabajadores de La Jornada colocaron hoy las banderas de huelga a las 17 horas, para exigir que se respete el contrato colectivo de trabajo que tiene 31 años. A partir de enero anterior la empresa de manera unilateral impuso un descuento de todas las prestaciones y sólo nos paga salario y vales.
Después de meses de negociaciones, los sindicalizados hicieron una propuesta de reducción de ingresos durante un año. La suma que dejaría de pagar la empresa oscila entre 28 y 30 millones de pesos, pero el planteamiento fue rechazado por Demos.
Mientras ellos aseguran que la causa de sus problemas económicos es el contrato colectivo, el Sitrajor demostró que la empresa tiene gastos de operación excesivos, pero este estudio fue descalificado por las autoridades de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, quienes en un laudo señalan que se debe descontar a los trabajadores 70 por ciento del contrato y acaban con dos cláusulas del contrato que son fundamentales: la indexación al salario y la compensación por antigüedad.
El Sitrajor se amparó ante el laudo y serán los Tribunales Colegiados los que resuelvan en los próximos meses.
Además de los ataques que padecen los trabajadores de la empresa que tiene una administración neoliberal (la c.p. Tania Paulina Olmos), padecemos el interés económico del abogado empresarial Alejandro Roel y las marrullerías que ha hecho la JLCA. Nosotros entregamos el emplazamiento a huelga en enero y las autoridades laborales no cumplieron con la notificación. En esta irregularidad se confabularon la presidenta de la JLCA, Darlene Rojas; el secretario de asuntos colectivos Pablo Franco y los peritos Lidia Palafox Ramos y José Antonio García Quintero, quienes después después de dar un fallo en contra de los trabajadores recibieron nuevos cargos, ella fue nombrada directora de la unidad jurídica de peritos y él pasó a ocupar un cargo de conciliadores.
En el recuento que se realizó este viernes en la Asamblea General Permanente se abrieron las urnas, donde los sindicalizados votaron los días 27, 28 y 29 de junio. El resultado fue de 133 votos a favor, 64 en contra y seis abstenciones los trabajadores sindicalizados de La Jornada votaron en favor del movimiento de huelga. La plantilla de sindicalizados es de 216, y según los estatutos, la votación se valida con 60% de los trabajadores, es decir, 129.
Luego de seis meses de negociaciones, en la que Demos, empresa que edita el periódico La Jornada, mostró cerrazón para dar respuesta al pliego petitorio que hizo el Sindicato Independiente de Trabajadores del diario, en el que pedía reponer las violaciones al contrato colectivo de trabajo, pues desde enero pasado aplicó de manera ilegal descuentos de 29 a 45 por ciento en los ingresos de los trabajadores.
COMUNICADO DE LA JORNADA. En un laudo emitido el 31 de mayo pasado por la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de la Ciudad de México se determinó que el contrato colectivo de trabajo firmado por Demos Desarrollo de Medios, S. A. de C. V. –la razón social editora de este diario– y el Sindicato Independiente de Trabajadores de La Jornada (Sitrajor) hace financieramente inviable a la empresa.
En tal circunstancia, y con el propósito de evitar despidos masivos y reducciones propiamente salariales y en el afán de salvaguardar la fuente de trabajo, resultó ineludible suprimir aquellas prestaciones no estipuladas en la ley y que habían sido acordadas de manera bilateral por la empresa y el sindicato a lo largo de 30 años.
El Sitrajor, en uso de su derecho, emplazó a huelga a la empresa y ayer, a las cinco de la tarde, cerró las entradas al edificio del diario. Significativamente, cerca de un centenar de trabajadores permaneció al interior de las instalaciones con la finalidad de garantizar el funcionamiento y la manufactura del periódico.
En esta circunstancia inusual, y a la espera de la calificación que la autoridad laboral emita sobre la medida sindical, La Jornada seguirá llegando a manos de sus lectores, tanto en su versión impresa como en su sitio web, seguirá cumpliendo su deber informativo y se mantendrá, como lo ha hecho siempre, en el más escrupuloso acatamiento del marco legal.