Por Pedro Canche. La PGR difundió un video de la llegada de Mario Villanueva a México. El hombre no está quebrado. He visto prisioneros de su edad rendidos y doblados por la soledad y la incrustación en 4 paredes que matan en vida. El no. Está completo. Y tiene fuerzas. Cuando un Prisionero se aferra a algún sentido de la vida nada lo quiebra. La fortuna que amasó como gobernador, tan solo en Nueva York el tío Sam le quitó 20 millones de dólares. ¿Donde tiene el resto de su fortuna? Afirman que Francisco Cordova Lira es su prestanombres que lo traicionó.
El 3% que tenía en acciones en el parque Xelha, Francisco lo cambió por el 17 % de acciones de la empresa de Doplhipus, ambos del grupo Xcaret. Una vez le pregunté a Pancho Córdoba el origen de su fortuna. Me dijo que hizo un gran trabajo como contador y le pagaron con acciones en el Grupo Xcaret, específicamente en Xelha.
Difícil de creer. Villanueva en cambio a través de sus últimos seguidores ha dicho que ahí está su dinero y con otros empresarios. Y viene por su dinero. Mario Villanueva abusó del poder y recibió su castigo por otras vías. Hizo sus negocios en la gubernatura. Sus fanaticos lo excusan como «normal» si todos los gobernadores lo hacen.
EUA que extradita narcos y los pudre en su Prision no lo hizo con Mario. Solo por lavado. El tío Sam no se creyó el cuento del gobernador narco. Lo ha soltado y su encierro y proceso fue por lavado. Enrique Peña Nieto tendrá que decidir si este procesado con tintes políticos zedillista lo absuelven y dejan de endilgarle esas etiquetas de narco que como dijimos los gringos no se lo trataron con todo y su DEA y su FBI.
Las gestiones que hizo Carlos Joaquín para llevarlo en el Estado de Morelos, en Ciudad Ayala con el clima de la eterna primavera de Cuernavaca a tan solo 70 kilómetros, es un gesto donde Graco Ramirez lo tendría bien cuidado en tanto deciden si lo liberan por sus enfermedades y por su edad. Su verdugo y ahora abogado, Mariano Herran Zalvati se metió la ética por el trasero.
Graco Ramírez amigo de Carlos Joaquín ha prometido cuidarlo y sería más un «retiro espiritual» que un castigo carcelario. Eso tiene tranquilo a Mario. Su semblante lo dice todo.
