¿Por qué era necesario desmantelar PEMEX?

Petróleos Mexicanos, PEMEX la mítica empresa paraestatal creada en 1938 por el presidente socialista mexicano, Lázaro Cárdenas del Río, quien dirigió la decisión del Estado Mexicano para nacionalizar la industria petrolera que se encontraba en manos extranjeras y prepotentemente se negaban a retribuir a los trabajadores mexicanos de manera digna con acceso a las prestaciones de ley, pasando por encima del estado de derecho, por lo que se les expropiaron sus empresas y el Estado liquidó la deuda.

Esto condujo a un momento de orgullo nacional para todos los mexicanos, la denominada expropiación petrolera del 18 de Marzo de 1938 fue capaz de movilizar al pueblo de México para solidarizarse con el presidente en turno, donando joyas y dinero que permitieran saldar la deuda con las petroleras inglesas, belgas y estadounidenses ante la inminente declaratoria de expropiación respaldada por el pueblo de México con multitudinarias concentraciones.

Ahora en un contexto completamente diferente, durante la primera mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto se concretó uno de los lineamientos designados por el orden mundial en el proyecto neoliberal que busca expandir el control de las corporaciones y expandir el imperio del capital supraponiéndose sobre los Estados, basando su control a través de los sectores económicos y el sector financiero.

En México, el sector energético se había monopolizado en la figura del Estado, con el objetivo estratégico que permitiera mantener los multimillonarios ingresos exclusivamente para las arcas hacendarias del país, sin embargo el plan geoestratégico expansionista de los Estados Unidos diseño un plan de especulación financiera para derrumbar los precios internacionales del barril del petróleo, con el objetivo claro de impactar a sus competidores aglomerados en el grupo de los BRICS y de paso a Venezuela, quien representa su mayor adversario político. Afectando en mayor medida a Rusia y a Brasil dentro de los BRICS, quienes actualmente afrontan un déficit macroeconómico derivado de la devaluación de su moneda frente al dólar y una desaceleración económica derivado del precio del petróleo.

El régimen político mexicano fue advertido de antemano de la agenda imperialista para derrumbar el precio del petróleo para impactar a los competidores directos de la hegemonía yanqui-sionista que domina la economía globalizada a través del sector financiero y empresarial.

Ante el actual escenario (planeado de antemano), en México se impulsó una reforma fiscal para despetrolizar la economía y terminar con la dependencia de los ingresos provenientes de PEMEX que aportaban el 40% del gasto corriente y sustituir dichos ingresos por dinero proveniente de los impuestos que paga el grueso de la población y mantener exentos de impuestos a los grandes capitales a través de la consolidación fiscal.

EPN_Pemex

Aunado a la despetrolización impuesta desde la agenda internacional, los voraces intereses de las petroleras como Shell, Chevron y BP negociaron su entrada al Golfo de México para mitigar sus pérdidas derivadas de la estratégica disminución en el  costo del barril de petróleo.

Es decir… se repartieron el pastel mexicano y los ciudadanos de a pie y medianos empresarios acostumbrados a una administración mediocre de la abundancia petrolera, se acostumbraron a evadir el pago de impuestos de manera tradicional, sin embargo la implementación de la factura electrónica y toda la estructura de la contabilidad fiscal han puesto contra la pared a los pequeños y medianos contribuyentes quienes con sus impuestos han financiado la estrategia imperialista para impactar las economías de las naciones que no acepten la hegemonía antes mencionada.

Es por estas razones que era imperante para los intereses internacionales terminar con la piedrita en el zapato que representaba el monopolio de PEMEX en una de las economías más grandes del planeta y fue por esa razón que desde el exterior se impulsó y respaldo el proyecto de EPN y el PRI para poder imponer una acelerada agenda neoliberal como la del sexenio salinista que desestructurara PEMEX para abrirle paso a las petroleras extranjeras que regresan campantemente a través de licitaciones de SENER a explotar los recursos petrolíferos como antes de 1938.

En último reporte trimestral entregado por PEMEX, expone pérdidas por 167 mil millones de pesos en relación al primer trimestre de 2014, según LaJornada. Evidente contracción por el precio internacional del barril del petróleo, sin embargo PEMEX ahora importa crudo ligero de EE.UU. ya que le es más rentable refinarlo en las aún existentes refinerías mexicanas. Es decir, PEMEX se está convirtiendo en un intermediario (brocker) burocrático sin plan a futuro para expandirse o mantenerse competitiva, al contrario la prospectiva es la paulatina desmantelación de una paraestatal incapaz de competir con las petroleras extranjeras por la elevadísima carga fiscal que se le impone desde la Secretaria de Hacienda y un insaciable sindicato dirigido por Romero Deschamps que no le ha importado dejar a la deriva a PEMEX ante el nuevo escenario energético.

Es así como se completa una pieza en el juego de la geopolítica mundial donde México seguirá siendo compensando con las migajas que le arrojan en el considerado “patio trasero” de Estados Unidos y ahora sin soberanía energética será aún más difícil impulsar una agenda progresista que termine con la lacerante desigualdad y pobreza que aun imperan en el país a pesar de los sueños de modernidad que coexisten en el surrealista México.

Texto: @ErichWerner

 

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