Indiferencia estudiantil, caldo de cultivo para corrupción borgista y feminicidios

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¿Dónde está la solidaridad de los universitarios de la UQROO por Karen?

 

Por Gilberto Avilez Tax.[1]

 

Hace unos días, el lunes 26 de octubre, María Karen Carrasco Castilla, de 19 años y  estudiante de la Universidad del Caribe, con sede en Cancún, fue reportada como desaparecida. Dos días después, el miércoles 28, su cuerpo inerte fue encontrado en un paraje solitario ubicado entre las avenidas Chac Mool y 20 de noviembre, de esa urbe caribeña. Tenía signos inequívocos de abuso sexual.

Han pasado varios días, y entre las redes sociales de personas oriundas de Cancún se demuestra desesperación, molestia e indignación: Karen fue víctima, una más (y la frialdad de la monstruosidad y cercanía ante el terror nos hacen normalizar la barbarie), de entre tantas notas rojas del Cancún maniatado por la descomposición social, el ocultamiento de la gangrena brutal y la difuminación de un concepto de comunidad tradicional (todo ahí quiere ser sobre moderno, como diría Marc Augé).

Aunado a esto, habría que entender la muerte de Karen desde una mirada más amplia: el Borgismo cacasenamente autoritario, la superficialidad y egoísmo de su clase política (sólo les mueve sus intereses, dicen que en Quintana Roo todos los delitos son aislados, a pesar de que el desbarrancadero hiede y se acrecienta con la impunidad sistemática[2] y el narco hace tiempo que sentó sus reales en esa “plaza”[3]), la falta de planeación urbana, las “regiones del miedo” en Cancún[4], la ola migratoria nacional y extranjera creciente, el lobby turístico español como patrón de la clase política quintanarroense,[5] y los ríos profundos del narco sentando sus reales en esa ciudad que ha dado más de dos pasos para ser otro Acapulco de la metralla, la droga, los ajustes de cuentas y la pudridera corrupta del nulo control del Estado por esa cara plaza.

Pongo en el buscador de Google la frase “quién controla la plaza de Cancún” y me sale que existen “reacomodos”, que el cartel del Golfo sí, pero que igual los templarios “calientan la plaza” y que Quintana Roo es un “paraíso del narco” y que es “territorio del Chapo”. Para nada  sorprende a uno que la avalancha de la violencia que viven regiones del trasiego de la droga como Guerrero, “Guerracruz”, “Mataulipas”, Michoacán o Jalisco, en Cancún y la Riviera maya, o la ciudad fronteriza de Chetumal, maniatada por la ola de violencia, robos y hasta recientes homicidios a mano armada, sean los no tan nuevos escenarios de la peste de la violencia: ahí está Belice, vía el Río Hondo, como canal y puerta centroamericana de la droga; igual en las playas de pulida arena de Quintana Roo los tabiques que dejan los “Eduardoños” recalan a diario. Y se nos olvida decir, que el primer narco Estado del país, a pesar de sus corifeos y lavadores profesionales de su honra, ocurrió en tiempos del Chueco Mario Villanueva Madrid (1993-1999). Incluso un personaje que siempre ha estado en la alta burocracia quintanarroense, el yucateco Gabriel Mendicuti Loría, con intenciones en el 2016 de ser candidato a la gubernatura de ese estado, ha sido señalado como parte de una estructura delincuencial. Y no sólo a Mendicuti, igual a Julián Ricalde Magaña y al guerrerense Gregorio “Greg” Sánchez les han asentado el expediente de narcopolíticos.[6]

Con un sistema de justicia dirigido por el gobernador en turno, con un desprecio profundo al periodismo independiente (y con una promiscuidad cínica hacia el “periodismo” dependiente),  con un racismo y machismo galopante de la clase política actual amparada bajo el Borgismo (citemos el caso de Pedro Canché, las clonaciones a la revista Luces del Siglo, los amagos a Lydia Cacho), Quintana Roo se mueve entre la nula y desdibujada oposición política (sea de derecha o de izquierda[7]), y la anomia ciudadana. Y todo esto se acrecienta y exponencia con un débil aspecto en cuanto a la vida universitaria se refiere. El caso que más conozco, el de la UQROO, da para llorar todos los días: con profesores entrampados en sus pequeñas cotas de poder universitaria, de sus aulas sólo pueden salir gente acrítica cuyo único fin es tratar de acomodarse, lo más pronto posible, a la larga nómina de la burocracia que silencia y aborrega. El sistema es así, no tienes que contradecir al sistema.[8]

Y con este contexto que hemos dibujado a grandes rasgos, podemos entender la parquedad y el cuasi silencio de los universitarios de Quintana Roo, por el homicidio de Karen. Aunque por ahí se dice que ya se capturó al violador, creo que la muerte de esta estudiante no debe quedar solamente en los pasillos del Ministerio Público, y tampoco convertirse en un expediente penal sustanciado por un sistema de justicia a la que el sentido común y nuestro responsable sospechosismo no le da el más mínimo crédito: ¿los que han caído, o caerán, serán en verdad los verdaderos asesinos, o fincaremos responsabilidades en personas inocentes para descomprimir una ligera presión social dada exclusivamente en las redes sociales?  Por fortuna, no tenemos los índices de feminicidios que causan temor y zozobra en Guerrero, Morelos, Oaxaca o Veracruz,[9] pero de 2013 a 2014, la cifra en Quintana Roo ha sido de 13 a 15,[10] aunque por “decreto” de un funcionario borgista, bajó solamente a uno.[11] Y aunque no conocemos los datos de 2014 y lo que va de 2015, ese discurso oficial del uno que dicen es un caso aislado, es prueba fehaciente del nivel acromegálico de estupidez y soberbia de quienes gobiernan Quintana Roo.

Hoy, Karen, parece que tu muerte no les duele a esos estudiantes de Quintana Roo, de Chetumal, que en otras ocasiones, los muy tartufos han levantado carteles, pancartas y protestado “culturalmente” por la desaparición de los 43 de Ayotzinapa. Parece que tu muerte, Karen, no es políticamente atractiva para los estudiantes de la UQROO. Y esta insensibilidad estudiantil, no le ha pasado de largo a la gente más sensible e inteligente de Quintana Roo. Pedro Canché Herrera, un símbolo de la lucha periodística contra el Borgismo y su obsesión por hacer desaparecer la prensa libre en ese estado, ha pedido que, para salir del empantanamiento actual, lo mejor fuera un gobernador interino, en el entendido de que el actual es deficiente para dar seguridad a la ciudadanía:

 

Una larga lista ha evidenciado la pobre seguridad del que gozan los quintanarroenses, así como la falta de infraestructura carretera en los asentamientos miserables de este lujoso destino turístico [se refiere a Cancún]. La gente vive dos mundos. De día trabajando de sirvientes y lavando los pisos de mármol y encerando los finos muebles y tendiendo las sábanas de algodón en los lujosos hoteles. De noche caminando terracerías con lodo  o brechas para acortar la mala planificación urbana y viviendo en claustrofóbicas viviendas que no pasarían ningún dictamen técnico, pequeños nidos que no envidiaría el  jaguar con su enorme cueva , todo un palacio, en la selva maya.[12]

 

En su columna de hoy, el periodista Javier Chávez Ataxca recoge este descontento por las muestras de nula solidaridad de la mayoría de los universitarios de Quintana Roo. Aunque los estudiantes de la Unicaribe, los compañeros de Karen, realizaron  el 1 de noviembre una marcha-mitín donde exigieron  a las autoridades de Cancún ningún feminicidio más, sorprende el desinterés de la mayoría universitaria de ese estado. Jorge González Durán, escritor costumbrista de Quintana Roo, sintetizó esta desidia del universo estudiantil quintanarroense, mediante estas certeras preguntas: “¿Dónde está la sociedad exigiendo justicia por el asesinato de esta joven estudiante de la Universidad del Caribe? ¿Dónde están los estudiantes? ¿Dónde están sus compañeros y compañeras? ¿Dónde están los maestros? ¿Dónde están los padres de familia? La indiferencia propicia la impunidad”. Algunos estuvieron  seguramente ahí, en esa marcha del 1 de noviembre próximo, pero no todos  y no todos, en Bacalar, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos, Cozumel o Chetumal, marchas flácidas: ¿dónde están los estudiantes de la UQROO que han protestado por los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, dónde queda el supuesto “Movimiento estudiantil” de la UQROO, dónde se encentran los profesores de la UQROO suscribiendo cartas abiertas y desplegados para la toma de posiciones, dónde el flamante rector de esa universidad, un borgista consumado? Chávez Ataxca, responde:

 

 

Los estudiantes de la Universidad de Quintana Roo (UQROO) en el resto del estado proceden tan quitados de la pena como si la tragedia hubiese ocurrido en San Petersburgo o las Islas Marianas. Tal parece que su mecanismo de cero reacción tiene este fundamento: “si la estudiante no es de nuestra casa de estudios, no es nuestra bronca. Y si es de Cancún, pues que reclamen allá”… El asesinato de la joven estudiante de la Unicaribe no es tema para los estudiantes de la UQROO y sus catedráticos. Porque tal vez no detecté algunos comentarios aislados en el Facebook, pero está ausente la reacción articulada de varios estudiantes ante un acto tan imperdonable. Porque los estudiantes de la UQROO quizá se entretengan elaborando altares de muertos y cocinando mucbipollos y pibipollos, pero dejan pasar la oportunidad de hacerse presentes en una situación que los reclama como un solo cuerpo, en una tragedia que ha conmocionado a tantos. Valiente UQROO la nuestra, insensible como pocas en el mundo. A aplaudir sus altares.[13]

 

El escritor cancunense, Mauro I. Barea, comentando el texto de Chávez, señaló que ni la Universidad La Salle de Cancún, ni el Tecnológico de Cancún, ni menos la UQROO en ninguno de sus campos, se han pronunciado al respecto: “Verdaderamente vergonzoso –comentaba Barea- que las instituciones ni siquiera alerten a sus comunidades estudiantiles sobre lo que realmente pasa en las calles de Cancún; no se trata de asustar ni causar pánico, es cuestión de prevenir, ya que por el momento, no se ve para cuando se dé una solución por parte de las autoridades”.

Y en verdad, tanto González Durán, Javier Chávez y Mauro Barea, tienen toda la razón: en Quintana Roo se viven desidias universitarias por la tragedia de los demás. Los estudiantes de Quintana Roo, de la UQROO sobre todo, tal parece que tienen otras prioridades, más abstractas, “atractivas” y fuera del contexto regional, que estar perdiendo su tiempo en protestar, hacer marchas, llamar a los órganos del gobierno estatal a esclarecer completamente el caso de la estudiante universitaria asesinada cruelmente en Cancún, y pedir el cese de los feminicidios en ese estado. El Movimiento estudiantil de la UQROO,[14]  tiene más de priísta que otra cosa, y es demasiado patético y esquizofrénico en sus protestas y exigencias, hasta el punto de que se rasga las vestiduras por los 43 de Ayotzinapa y los maestros opuestos a la reforma educativa, pero, al mismo tiempo, es omiso, tenue y pachorrudo si de defender el derecho a la libertad de un estudiante de la UQROO que fue secuestrado en las propias instalaciones de esa universidad.[15] O bien, ¿han hecho algo, han puesto su folklórico plantón en su universidad priísta los del Movimiento Estudiantil para exigirle a su rector Ángel Rivero Palomo, que como órgano supremo de mando de la UQROO, se pronuncie respecto al impune asesinato de la joven estudiante de Cancún y la nula seguridad que existe en ese municipio quintanarroense? No hay nada, ni los maestros de la UQROO han dicho y hecho nada, a la mafia académica de la UQROO Karen no le importa. Y como dice Javier Chávez, estos días, en Chetumal, en la otrora “máxima casa de estudios” de Quintana Roo, los esquizofrénicos del Movimiento Estudiantil y sus maestros de la mafia, levantarán sus altares de muertos, olvidando o desconociendo la muerte de Karen. La muerte de Karen no es atractiva para ellos, si al menos hubieran sido 43 Karen, tal vez, tal vez, pero dudo que ni así.

[1] Doctor en Historia, especializado en historia regional de la Península de Yucatán.

[2] México es segundo lugar a nivel mundial en el Índice Global de Impunidad 2015, sólo por debajo de Filipinas.

[3] “Guerra del narco deja 20 muertos en Quintana Roo”, 16 de junio de 2015.

[4] “Se dispara 200 % el pandillerismo en Cancún en los últimos 3 años”, Noticaribe, 11 de junio de 2013.

[5] Cfr. “Las 20 familias hoteleras españolas que dominan el Caribe Mexicano”,

[6] José Martínez M, “Quintana Roo y Mendicuti: la narcopolítica ya está aquí”, Artículo 7, 3 de agosto de 2012.

[7] Basta citar al posible candidato de Morena en Quintana Roo, José Luis Pech Várguez, un hombre para nada demócrata y que en toda su vida sirvió a la oligarquía quintanarroense.

[8] Véase mi artículo “La Universidad de Quintana Roo: entre la mafia académica, la tiranía autoritaria y la tercera vía, la autonomía”, 6 de diciembre de 2014.

[9] “10 Claves. Feminicidios en México: las entidades donde ser mujer es un riesgo mortal”, Sin Embargo, 1 de agosto de 2015.

[10] José María Ramírez Hernández, “Los feminicidios en Quintana Roo”, Sipse.com, 20 de abril de 2015.

[11] Sergio Caballero, “Por decreto, reducen cifra de feminicidios en Quintana Roo”, Proceso, 3 de enero de 2015.

[12] Pedro Canché, “Quintana Roo le urge gobernador interino: Caso#KarenCarrasco”, 30 de noviembre de 2015.

[13] Javier Chávez Ataxca, “Insensibilidad estudiantil”, Periodistas Quintana Roo, 30 de mayo de 2015.

[14] Señalo su página del Facebook: https://www.facebook.com/MovimientoEstudiantilMexico/

[15] Denuncias secuestro en la UQROO: integrantes de planilla estudiantil privan de su libertad durante 3 horas a joven que repartía volantes críticos”, Noticaribe, 16 de octubre de 2015.

 

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