A Pech le salió mal fingir que es de izquierda y mal imitar a AMLO

El debate electoral sitúa a la capital del estado en el centro del debate electoral.
28 de mayo del 2016.

Carlos Joaquín González está contento en el municipio de Othón P. Blanco. La gente lo quiere y lo hace sentir, y en la cara del contador se refleja que ese cariño le anima. Se le siente en su sonrisa, que no es forzada, y en su expontaneidad.
Hoy le fué bien en el debate. Mis ojos y mis oídos sólo prestaban atención a tres candidatos. Carlos Joaquín, José Luis Pech y Mauricio Góngora. En el contexto de un debate muy rígido, por los tiempos y el lenguaje que se tenía que usar; Carlos Joaquín y Pech destacaron ampliamente sobre los demás contendientes. Joaquín aprovechó el tiempo y desgranó propuestas, problemas y limitaciones del gobierno. Sin perder un segundo señaló que Chetumal recuperaría la dignidad política que merece, que los burócratas no tenían que tener miedo a ser despedidos, y que defendería a los taxistas y a las personas con terrenos en condiciones de irregularidad. También recordó con claridad los 536 millones que Maurició desfalcó del municipio de Solidaridad, y le invitó a explicar porqué no había dicho la verdad en su declaración tres de tres en relación a sus propiedades. Respondiendo a Pech le señaló que no es candidato de la coalición UNE, por haber sido rechazado por el PRI, sino porqué está en contra de la «mafia» que controla el poder en el estado, y quiere que las cosas cambien.
José Luis Pech hizo un papel digno y repartió golpes más o menos parejo hacia el PRI, y hacia UNE. No presentó propuestas y se limitó a hacer preguntas a los otros candidatos, señalando temas complicados, que salvo la comentada no le fue respondida por nadie. En mi opinión, cada vez se pone más en el rol de político de izquierda crítica que no propone alternativas. A mí eso me cuesta creerlo en su persona. Pech no es una persona de izquierdas. Es un buen gestor y una persona que me agrada humamente (fué mi jefe, no lo hizo mal en la UQROO y lo aprecio); sin embargo no le queda ese papel de golpeador del PRI, porque él es una persona del aparato, que no ha tenido ningún problema en operar en contra de quién se oponía políticamente a su proyecto partidario, como cuando descabezó la creación de un sindicato de izquierdas en la UQROO. No creo que la gente realmente de izquierda le compre la historia, pero superó el debate con una calificación aceptable.
El que sí de plano se hundió de forma irremediable entre la gente que vió el debate fue Maurico Góngora. Repitió como papagayo de quinto de primaria, todos los slogans de la campaña (creo que no se dejó ninguno -aunque no llevé el check list para ir apuntando). Me recordó al Mauricio de los promocionales de una manera sorprendente. Luego lo «balconearon» feo, cuando señalaron que llevaba un «pinganillo» o «chicharo» en el oído, y que alguien le iba dictando lo que tenía que decir. Ciertamente no es la mejor carta de presentación, que el aspirante a gobernador se muestre como una marionera a la que le tienen que decir lo que ha de comentar. Sin embargo, no le hicieron ningún favor. Estuvo plano… sin gracia… repetitivo…mediocre. No respondió a ninguna pregunta. No se salió del guión; y éste fue patético (de verdad que me cambien al Flota por favor; y si él no es el responsable, a quién lo sea..porque intelectualmente requerimos algo más de motivación y respeto).
Contaron los que estaban en el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social, como los periodistas rodearon a Carlos Joaquín, al finalizar el debate, mientras que dejaban solo al triste Mauricio, que emprendió el camino de su casa con las orejas gachas, y los simpatizantes en estado de schock.
En el parque del Renacimiento se vivió un ambiente increiblemente festivo. A partir de las siete de la tarde empezó a llegar la gente, y a las ocho estaba muy lleno. No voy a entrar en números, porque como a Carlos Joaquín: «me vale»; pero había la suficiente como para que no me pudiera mover con facilidad para tomar fotos desde los diferentes ángulos. La gente seguía por la pantalla el debate, y se expresaba. Como es natural, aplaudía a Carlos, insultaba a Pech, y hacia lo propio con los demás candidatos (en alguna ocasión me pareció estar en un partido de futbol, o en un concierto de algún artista reconocido). Hubo un buen ambiente, partidario por supuesto, pero muy entretenido y alegre.
La espera de Carlos Joaquín y de sus acompañantes fue algo más larga de lo esperado, y hubo personas que se fueron hacia la casa. Carlos fue retenido por la prensa, y se demoró un tanto en llegar; mientras tanto algunos recibíamos el mensaje, que luego resultó falso de que había sido internado en un hospital. Guardamos silencio para no alarmar a nadie, mientras los organizadores no daban ninguna muestra de preocupación.
Al rato llegó Carlos Joaquin, acompañado de Graco Ramírez (Gobernador de Morelos), Silvano Aurelores (Gobernador de Michoacán), Beatriz Mojica (Secretaría General del PRD), y su familia. Los candidatos de Othón P. Blanco, Bacalar, y los distritos XIV y XV habían estado con nosotros observando el debate por las pantallas.
En esta ocasión me fuí muy adelante y ya perdí perspectiva de la cantidad de gente que había. Pero era mucha. Enfrente no nos podíamos mover, y al girar la cabeza veíamos mucha gente sin alcanzar a ver el fondo. Nos visitaron el dron de la campaña de CJ, y dos más de no se sabe quién, que fueron muy comentados por todos, incluido por el candidato a Gobernador.
Tomaron la palabra los dos gobernadores perredistas y apoyaron sin reservas a Carlos Joaquin, sorprendidos de la cantidad de gente, y de la calidez con la que fueron recibidos. Carlos aprovechó para decir que éste no era el cierre de campaña, que se fechó para el martes, sino que era una pequeña fiesta por el debate, y agradeció el cariño a la gente y el apoyo. Reiteró los puntos principales de su discurso, y logró entusiarmar a los que desde el simbólico parque del Renacimiento, quieren un nuevo Quintana Roo.
Concluyo señalando, lo que ya he escrito en numerosas ocasiones. Es impresionante sentir el cariño, el entusiasmo y las ganas de que las cosas cambien, que todas las personas que llegan a este tipo de eventos tienen. Una gran responsabilidad va a tener el contador para no defraudar las expectativas, si finalmente, como todos los que estábamos allá esperamos, resulta electo gobernador del estado de Quintana Roo el próximo 5 de junio.

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