Redacción El Madrazo
El viejo régimen los encumbró para que sus plumas fueran el instrumento de ataque, perjurio y descalificaciones en contra de los opositores, de los periodistas y de la poca prensa libre y crítica que coexistió en los últimos dos sexenios en Quintana Roo. Sus facturas por sus “servicios” con cargo al erario, autorizadas por los voceros en turno, corresponden a su lealtad y a su desfachatez que no ocultan con una vida llena de lujos, viajes gratuitos en caravanas turísticas y con una “modesta” forma de vivir.
Desde las páginas de infame diario Respuesta, Guillerno Vázquez Handall se dedicó a “desmenuzar” los intrincados procesos de la vida política quintanarroense, cargando los dardos contra el ahora gobernador electo Carlos Joaquín González. El ex secretario de desarrollo económico y agropecuario del gobierno de Quintana Roo, se ostenta como “analista” de temas políticos y económicos.
Jorge Castro Noriega, por su parte, ha combinado su “labor periodística” con el micrófono del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social, y con su columna En Voz Alta, que aún escribe en su sitio de Internet, jorgecastronoriega.com, se dedica a “analizar” la política quintanarroense, con el sesgo siempre visible que favorece al PRI-Gobierno. Salvo lo que este “columnista” escribe, todo lo que se publica en su sitio es plagiado de otros sitios, a los cuales no les reconoce como fuente primaria de la información.
Ismael Gómez-Dantes, el gatillero personal de Roberto Borge Angulo, se dedicó, desde su “columna” El Jaranchac, a denostar abiertamente a los opositores del sistema. En la cúspide de la banalidad, inventó los premios Orejas Mayas, que de acuerdo a su criterio otorgaba a los gatilleros del sistema.
Desde Chetumal, Joaquín Quiroz se dedicó, con su “columna” Por La Libre, a lanzar loas y alabanzas a las acciones de gobierno. Pasó de ser un reportero sin pena ni gloria, a un “analista profundo” adulador de un sistema que lo cobijó. Es el más activo en redes sociales, desde las que se dedicó a descalificar a los pocos periodistas críticos, y a los opositores del régimen borgista.
También, desde la capital del estado, Román Trejo Maldonado, el más infame de los “columnistas”, por sus colaboraciones carentes de algún sentido de profundidad, creó un “concepto” para la televisión estatal, Chismorreo Político, el cual es el ejemplo más extremo de cómo convertir el humor en un disparate. Su columna Turbulencias, es el mejor ejemplo de antiperiodismo, no sólo por su forma y fondo, sino por una acentuada mala redacción, y por ser una extensión de los boletines oficiales.
Estos cinco “periodistas”, cobijados por la Unidad del Vocero a cargo de Rangel Rosado, tendrán mucho que explicar con la llegada del gobierno de Carlos Joaquín González, sobre todo sus altos servicios facturados que pagan los quintanarroenses.
EXHIBAN A TODOS LOS LAMEBOTAS DE BORGE, FELIX Y GONGORA. AHORA QUIEREN HACER LO MISMO CON EL NUEVO GOBERNADOR PERO ESO NO ES PERIODISMO Y MUCHO MENOS SE DEBE PAGAR PARA SEGUIR EN LAS MISMA SITUACIÓN. la desquiciada del cutter, pretende ser victima y vivir del chayote. GRACIAS