Por Enrique Huerta
Luis Torres, el próximo presidente municipal electo de Othón P. Blanco, sabe, como buen agrónomo y como persona que lleva toda su vida ligada al campo, que al mal tiempo buena cara. Que asume el gobierno de una alcaldía olvidada, llena de rezagos, pero que puede salir adelante con disciplina y transparencia.
Su trayectoria parece haberse desarrollado a saltos: de la agronomía a la política, del PRI al PAN, al igual que Chetumal, la capital del estado de Quintana Roo y su ciudad natal, que de ser una ciudad agrícola, pasó a ser una urbe, con todos los retos que esto conlleva.
El próximo munícipe rememora en entrevista su pasado, así como las acciones de su futuro gobierno y como ve, a la distancia, el desmoronamiento que ha sufrido el PRI.
Sentado ante un café, Luis Torres hace una breve reseña de sus primeros pasos por este mundo: “Nací aquí, en Chetumal, hace 49 años, aquí en el Barrio Bravo, aquí en el corazón de Chetumal. Ahí tuve la oportunidad de caminar los primeros pasos, en sus calles.
Mi padre fue albañil, mi madre fue ama de casa y ellos fueron los que me trajeron a este mundo, pero además ellos fueron los que me enseñaron a conducirme con valores y así nos formaron”.
-¿De dónde son originarios sus papás?
-De Yucatán, de Progreso y de Mérida.
-¿Cómo fue su niñez en Chetumal, cómo era aquel Chetumal?
-Un Chetumal tranquilo, podías dormir con las puertas abiertas, casi no había problemas y que, bueno, alcanzaba la economía porque siendo mi padre albañil, pues nos mantuvo a nueve hermanos.
-¿Usted qué numero ocupa?
-Soy el cuarto- ríe y retoma la pregunta anterior-. Bueno, alcanzaba para llevar una vida buena, de alguna manera.
-¿A qué jugaba cuando era niño?
-Bueno, cuando estábamos chavos no había tanto vehículo en aquella época, jugábamos en la calle, jugábamos timbomba, canicas, béisbol con pelota de hilo, que como buen chetumaleño comprábamos una pelota de hilo y jugábamos béisbol, corríamos por la calle; cuando llovía se inundaba la calle, así que agarrábamos la batea y ahí “navegábamos”. Era una vida muy buena, muy agradable, la pasábamos bien.
-¿Usted y su familia tenían huerto en casa?
-Sí, hacíamos hortalizas, teníamos árboles frutales. Los terrenos de antes, de aquí de la ciudad, eran enormes y salíamos a vender hortalizas.
-¿Y qué tal les iba?
-Pues era complicado, pero salía algo.
-Bueno, ya para tener autoconsumo y vender…
-De entrada era una ventaja el autoconsumo, pero el excedente había que colocarlo, salir al mercado para venir a venderlo. Era parte de nuestra vida.
-¿Cómo fue que decidió estudiar agronomía?
-Bueno, mi padre fue chiclero, se dedicó a la milpa, al trabajo en el campo. De todas las experiencias que nos contaba cuando éramos niños me creaban emoción y de ahí nace esa idea, esa intención de ser agrónomo. Surge precisamente de esa emoción con que mi padre contaba sobre el campo, que es cuando uno va decidiendo, te estás formando y vas buscando tu vocación, en ese sentido es que decidí lo mío.
-¿En dónde estudió para ser agrónomo?
-En el Bachillerato agropecuario, y en el Instituto Tecnológico Agropecuario, aquí en Juan Sarabia.
Recuerda que compaginó sus estudios con la política, tanto estudiantil como de partido, en el PRI.
“Ahí estuvimos trabajando, con los políticos y me empecé a interesar en la actividad política».
-¿Cómo se empezó a inmiscuir en la política, parecen dispares la agronomía y la política?
-No, todo va de la mano, lo que pasa es que desde la escuela mucha gente, de los compañeros estudiantes, venían de las comunidades, gente como yo, gente humilde, que tenía necesidades, que venía de otros lugares a vivir aquí y a veces no les era suficiente, había que gestionar cosas, te pedían apoyo. Todo ese tipo de situación me fueron llevando a tomar decisiones, de meterse a los temas políticos estudiantiles y así inicio la carrera.
-¿Por qué militó en el PRI?
-Pues es que había amigos en el PRI y esos amigos nos fueron jalando, nos fueron vinculando. Así fue como empecé en el PRI.
Señala que siempre ha habido otras fuerzas políticas, pero cuando los afectos se encontraron en el tricolor, pues se simplificó la decisión.
-¿Qué le dijeron sus padres cuando se inclinó por la política?
-Siempre fueron respetuosos, siempre nos han apoyado en las cosas en que estemos, siempre que sean positivas y no vayan en contra de cómo nos formaron, de los valores que nos dieron. Siempre han estado ahí, a pesar de que ya son grandes, siempre han respaldado la postura que tenemos.
-¿Y sus hermanos qué le dicen?
-Pues ellos están de acuerdo. Me han apoyado en algunas ocasiones, en otras no, pero eso es con personas que entienden lo que ocurre en el entorno, que hay que participar y, desde luego, en muchos de los casos hay aceptación.
-¿Ninguno de los ocho hermanos se interesó en la política?
-Sí, desde luego. De hecho, cuando yo estaba en el PRI ellos estaban en la oposición, en el PRD, en el PAN. Algunas veces hubo diferencias ideológicas, pero bueno…
-Ya me imagino las cenas familiares, las Navidades.
-Pues no te las imagines- se ríe y aclara-. Nunca hubo una discusión. Los temas políticos son de cada quien y la unión de la familia, son eso, de familia.
-¿Supongo que le sirvió tener contacto con gente de la oposición?
-Sí, no sólo por ellos, tenía y tengo buenos amigos de cada partido político y eso, de alguna manera, te sirve para ver que hay pluralidad, que hay diferentes formas de pensar y hay que ser respetuoso de ello.
Luis Torres detalla que militó en el tricolor por 32 años, hasta que decidió abandonar el partido para unirse a las filas del PAN, que lo postuló a la presidencia municipal de Othón P. Blanco.
-¿Cómo fue la decisión de dejar el PRI tas años de militancia y pasarse a la oposición?
-Muy difícil, no fue fácil, pero bueno, pusimos en la balanza la responsabilidad que tenemos como ciudadanos y la condición en la que estaba sometida la ciudad, que fue precisamente fueron las cosas que me permitieron tomar esa decisión, el saber que teníamos un candidato fuerte como Carlos Joaquín, que se iba a hacer la alianza PAN-PRD, y en el momento en que decidió dar el paso afuera del PRI, pues nos motivó a tomar esa determinación.
-¿Qué le dijeron sus ahora excompañeros por esta decisión?
-No les pregunté- contesta con una risa-.
-¿Cómo era un día en la campaña?
-La campaña fue un tiempo alegre, de cercanía con la sociedad. Ya había estado en otras ocasiones en campañas diferentes, me tocó ser diputado local y me tocó apoyar a otra gente en sus respectivas campañas. Hemos tenido mucho contacto con la ciudadanía y eso te facilita mucho el trabajo político en tiempos electorales, porque cuando vas a la calle vas a ver a tus amigos y amigas.
“Fue una campaña alegre, de contacto ciudadano, una campaña cercana. Lo que encontramos fue al chetumaleño amigo”.
-¿Y aquel que no simpatizaba con usted, cómo fue su trato, le reclamaron algo?
-Fíjate que no tuvimos gran problema en ese sentido. Había gente que tenía una estructura ideológica diferente, pero que te abre su puerta y te expresa lo que ellos quieren y esperan del nuevo gobierno.
-Supongo que eso fue lo más enriquecedor, ¿no?
-Todo enriquece. En una campaña, en una vida, desde que tú vienes al mundo y te vas formando y vas teniendo diferentes contactos con personas a lo largo de tu vida y que cada persona te va a portando algo. En el caso de nosotros, cuando seamos gobiernos, tener una formación que te lleve a tomar decisiones correctas, pero toda la gente, todas las aportaciones, todas las emociones te servirán algún día en tu vida.
Tras la victoria contundente en las elecciones del 5 de junio pasado, en la que la alianza PAN-PRD arrebató el municipio donde se encuentra la capital del estado al PRI, hay mucha expectativa de la gente con un gobierno con distintos colores.
-Hay mucha expectativa con los nuevos gobiernos, ¿cómo lidia con ella?
-La expectativa fue alta porque la votación fue alta. La gente tiene una idea de que el gobierno debe ayudarlo y debemos ayudarlo de la mano para ir construyendo fortalezas para la ciudad y tenemos, como gobierno, darle oportunidades a la ciudadanía. Creo que hay forma de cómo responder.
Expectativas y retos
El próximo presidente municipal de Othón P. Blanco, lleva prácticamente toda su vida viviendo en Chetumal. Incluso advierte que uno de los factores en su triunfo en las casillas fue que es muy conocido en la ciudad y ha sido testigo de los cambios que ésta ha sufrido, junto con los nuevos retos de ser una comunidad agrícola a una ciudad.
-¿Y cómo le ha ido a Chetumal a través de los años?
-Ha crecido este Chetumal, bastante más de como estábamos, pero a la vez que ha crecido, han crecido los problemas. La gente, cuando estuvimos en la campaña, pues se quejaba de la seguridad, hay mucho robo a casa-habitación. Hay muchos temas que atender, el tema del empleo, se está afectando a los jóvenes, que salen, se tienen que ir, hay que crear mejores oportunidades para ellos.
-¿Cómo fue el impacto para Chetumal de pasar de una sociedad meramente agrícola, como usted la describe, a una sociedad más urbanizada?
-Pues era así en ese entonces. Había mucha gente que le sacaba provecho al campo, al terreno, y otra gente que se dedicaba al comercio. Hay que recordar que el comercio tuvo su esplendor cuando esta era zona libre. Y bueno, así se fue combinando todo este tema y el desarrollo, luego fueron generándose otras opciones productivas.
-¿Cómo describiría al chetumaleño de antes y al de ahora?
-Vivíamos un poco más relajados que ahora, hoy hay nuevos retos que enfrentar; antes la vida era más tranquila, había mucho tema ligado al campo, la parte forestal era importante en la ciudad. En la época de esplendor obviamente había una economía muy poderosa; hoy día la situación económica es difícil, la situación no es fácil. Tuvimos varios años de abandono que nos fueron posicionando en un lugar complicado para el desarrollo, pero bueno, todos esos retos tendremos que superarlos en los próximos años.
-Ahora los retos cambian, ya es mayor seguridad, que los jóvenes no emigren en busca de oportunidades.
-Hay muchos retos, hacer servicios públicos más eficientes. Tenemos que trabajar en traer inversión que no afecte la inversión local, que haya más empleo y mejor economía, fomentar el emprendedurismo entre los jóvenes para que salgan adelante y hagan grandes empresas. Y, desde luego, hacer un gobierno más cercano a la gente.
Dice estar de acuerdo con la postura del gobernador electo, Calos Joaquín, para diversificar la economía para que haya un bienestar.
“Que haya dinero en la bolsa, mientras eso no pase, la gente no siente que haya un desarrollo. Creo que por ahí es el camino, es la ruta por la que debemos transitar en estos años”.
-¿Cómo recibe a Chetumal?
-La ciudad tú la ves, está llena de baches, calles deterioradas, los servicios públicos tienen problemas que tenemos que resolver. Creo que hay un compromiso con la ciudadanía, el mensaje que nos está mandando. Yo no te estoy diciendo si aquel (Eduardo Espinosa Abuxapqui) lo hizo bien o mal, te estoy diciendo lo que la gente pide que hagamos.
-Es algo paradójico que la capital de un estado esté en abandono, ¿no?
-Pero pasó. En más de 12 años nos fueron relegando, hostigando, quitándonos oportunidades, de decir qué pensáramos y bueno…
-¿A qué se deberá esta situación?
-Pues son decisiones que tomaron desde los más altos niveles de la política. Quizás no sintieron que tuvieran el cariño de los chetumaleños o quizás hicieron las condiciones complicadas para someternos, pero al final de cuentas la ciudadanía unida hace fuerza y toma decisiones para tomar el rumbo que se debe de tener.
-¿Cuáles serán las prioridades de su gobierno?
-De entrada, el mandato ciudadano, que se refiere a tener un gobierno cercano, que atienda a la gente, un gobierno al cual los ciudadanos no tengan ningún problema para acceder. Tener servicios públicos eficientes, es algo que tenemos que conseguir; tener una diversificación económica para que la gente tenga opción de trabajo y dinero en la bolsa. Y tener también, como gobierno cercano a la gente, mayor seguridad.
-Sí, porque Chetumal aparece cada vez más en las páginas de nota roja.
-Pues es lo que han destacado, pero hay que destacar también lo positivo en otras áreas, pero eso lo vamos a trabajar junto con la ciudadanía para que a través del contacto que tengamos con ellos vayamos haciendo que las cosas mejoren y cambien en favor de la población.
-¿Cómo solucionar los problemas financieros del municipio?
-Hay opciones. Hemos estado buscando recursos en el gobierno federal, en el Congreso de la Unión, hay que buscarle en diferentes opciones que tengamos.
-El panorama es difícil, porque hay un recorte presupuestal a nivel nacional en programas que le pegan a Quintana Roo, además de la crisis financiera en el estado.
-Muy difícil. De entrada hay que tener el criterio de austeridad, no para aplicar reingeniería, sino para aplicar el gasto donde debe de ser, conducidos con mucha transparencia y honestidad para que esos recursos lleguen donde deben llegar y cumplirle a la ciudadanía.
-En esto de austeridad, ¿usted contempla algunos despidos?
-No. Hay que ser austeros en los gastos que hace el gobierno, para que los recursos lleguen al gobierno.
-¿Pedirá un alza en el presupuesto?
-En eso estamos, hay que estar atentos, buscar recursos, estar movidos para tener más opciones.
-¿Si no, cómo generarlos desde el municipio?
-Tenemos una base de contribuyentes, hay que ampliarla más que estar fustigando a los mismos que siempre pagan, hay que buscar a los que no pagan y motivarlos para que lo hagan y que participen.
-¿Usted está dispuesto a reducir su sueldo y el de los altos funcionarios?
-Es una posibilidad que estamos estudiando, pero creo que es una opción.
Sin embargo, el próximo presidente municipal de Othón P. Blanco no descarta que se vayan a concesionar algunos servicios públicos para ahorrar recursos, aunque primero deberán ser consultadas estas decisiones con el Cabildo y la sociedad y hasta con el Congreso.
El próximo alcalde de Othón P. Blanco señala que las primeras acciones de gobierno serán pavimentación y bacheo, recoja de basura y atender los problemas de seguridad pública. Y hasta lanza un compromiso: “Vamos a ser un gobierno tan cercano, como nunca se había visto en la ciudad. Ni vas a tener que tocar a la oficina”.
-¿Qué opina de los gobernantes que se alejan de la ciudadanía?
-Pues es un error, tú te debes a la ciudadanía, a la gente.
-¿Ese error lo han cometido Borge, Félix…?
-Pues el 5 de junio hubo un mandato, fue a favor de nosotros, PAN-PRD, eso indica que la gente no quería más de lo mismo.
-Hablando de oír a la ciudadanía, ¿usted apoyaría una auditoría a la gestión de Eduardo Espinosa Abuxapqui?
-Sí, es necesario, porque la gente tiene que tener certeza de que los recursos que paga a través de sus impuestos, se tienen que aplicar en obras y servicios se haya hecho correctamente
-¿Si se encuentra alguna irregularidad, a topar con todo?
-Que se aplique la ley, eso es lo que nos corresponde.
El PRI visto a la distancia
Los 32 años de militancia en el PRI, le dan a Luis Torres la autoridad para analizar, no sólo por qué perdió el tricolor las elecciones del pasado 5 de junio, sino qué le pasa a ese partido otrora dominante y que ahora no da una.
-¿Hubo un voto de castigo al PRI o hubo un buen candidato?
-Muchos factores, no sólo eso, hubo muchos factores que nos llevaron a un triunfo arrollador. Teníamos a Carlos Joaquín, que era nuestra carta más poderosa para el gobierno del estado, pues un servidor que conoce a mucha gente en la ciudad; un hartazgo de la ciudadanía por las condiciones a las que los sometieron. El resultado de toda esa combinación fue un triunfo contundente.
-A la distancia, ¿qué le parece el PRI de Borge, que se está desmoronando, qué le pasó, el PRI de Borge fracasó?
-Creo que ahí de origen algo pasó. No sólo es Borge, desde Félix viene arrastrando una condición complicada. Sometieron a la clase política a decisiones unilaterales, no le han dado oportunidades a otras generaciones que debían estar en la actuación y en la actividad política. Sin embargo, se aceptaba, desde esa óptica se veía como que hubiera un equilibrio, pero los excesos llevaron precisamente a la ciudadanía a hacer un cambio, non fue más que eso.
-¿Entonces fue un proceso de años?
-Sí. Además, quiero decirte que en el PRI hay gente valiosa y en todos los partidos políticos, pero hubo un grupo que secuestró precisamente a ese partido y fue el que lo sometió y el que dañó a Quintana Roo.
-¿Ve factible que el PRI se pueda recuperar?
-Depende de ellos.
Para el presidente municipal electo de Othón P. Blanco, la clave de la salvación del PRI, o de cualquier otro partido que esté en crisis, es realizar gobiernos responsables, cercanos a la ciudadanía.
“Y eso, en algún momento, puesto en el paso del tiempo, cuando llega el momento electoral, la gente dice: “Este partido me ayudó en su representación en el gobierno y le doy mi voto de confianza” o “este partido me defraudó”. Y eso, dice Luis Torres influyó en la derrota del PRI en las pasadas elecciones.