Por: El Universal
El desprecio a los perredistas
De haber sabido, ni vamos. Así pensaron, nos comentan, miembros del PRD y el jefe de gobierno de la CDMX el pasado domingo cuando asistieron a la toma de posesión del gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín. Nos dicen que Miguel Mancera, Alejandra Barrales, Beatriz Mojica, Silvano Aureoles y Graco Ramírez y algunos miembros del CEN del PRD fueron “maltratados”. Nos hacen notar que los perredistas no tenían lugares asignados, los relegaron y tuvieron que salir antes de que acabara el acto. El problema no sólo fue el maltrato, sino que notaron una gran diferencia en el trato que dieron a los panistas que asistieron quienes, afirman, fueron muy apapachados. Nos aseguran que en el PRD observan que al parecer ni el gobierno de Quintana Roo, ni el de Durango, donde también se quejan de haber sido relegados, han asumido una actitud responsable por parte de los nuevos gobernadores quienes al parecer ahora no quieren reconocer que son gobiernos emanados de una coalición y que de esa manera deberían ser integrados. Esta actitud, afirman, pone en riesgo futuras alianzas electorales.
Zavala madruga a Anaya en Quintana Roo
Pero no sólo los perredistas están molestos en estos días con el gobernador Carlos Joaquín. También un sector del PAN se siente enojado con don Carlos. La molestia llegó con la integración del gabinete del nuevo mandatario de Quintana Roo. Nos informan que los cargos más relevantes fueron para personas de extracción panista, y cercanos a Margarita Zavala, Estas designaciones, aseguran, desataron la furia del PRD y del PAN. De entrada dicen que se había prometido la Secretaría de Gobierno para un perredista, pero fue nombrado en ese cargo Francisco López Mena, afín a Margarita Zavala. El único perredista es Julián Ricalde, quien quedó como secretario de Desarrollo Social. Los azules que quedaron en el gobierno no son afines al presidente del PAN, Ricardo Anaya, sino a doña Margarita. Nos comentan que al enterarse de las negociaciones, Anaya prefirió no quedarse a la comida el domingo luego del ungimiento de Carlos Joaquín y se retiró con enfado. Así que aunque faltan nombramientos, por el momento el gobernador ya es visto por algunos panistas y algunos perredistas con cara de pocos amigos, y eso que aún faltan seis años.