Por: Gilberto Avilez
Y en los años que duró el Felixato (2005-2016), los quintanarroenses nunca contaron con la participación de buena parte de sus “científicos” e investigadores, en los tópicos de actualidad para el estado. El Felixato, en materia económica, y hasta en materia ambiental, si bien fue un gobierno saqueador, no cuidando y poniendo en la practica el buen gobierno, podemos definirlo como un gobierno de la onagrocracia.[7] No hay un estudio actual sobre el medio ambiente que haya salido de las universidades públicas del estado y que sirva como brújula para la implementación de las políticas públicas estatales de protección al ambiente. No hemos visto, hasta ahora, solidaridad por parte de la comunidad académica de Quintana Roo, en problemas torales como Tajamar, la construcción democrática, el análisis y el cuestionamiento de las leyes lesivas para la democracia y la sociedad, o bien, la repulsa a las arbitrariedades del poder en tiempos del Felixismo-Borgismo. Y esto va más allá de la razón autonómica de las mismas universidades: tiene que ver con una carencia ética y cívica de la inmensa mayoría de la comunidad científica de Quintana Roo. Y tal vez en la mayoría de los problemas actuales de Quintana Roo, como es el caso de la tremenda deuda pública, la investigación universitaria, o bien no fue entendida y atendida por los esbirros del Felixato, o bien les importó bien poco la comprensión de las finanzas y la economía, toda vez que se dedicaron a hacer sus negocios personales.
El equipo de transición electos en campos que dominan
De ahí que resulte hasta comprensible, lógico, y más que razonable, la inclusión, en el equipo de transición del nuevo gobierno joaquinista, de muchos economistas con estudios de postgrado. Lo que los débiles críticos de este equipo de transición no han comprendido y tal vez nunca comprenderán por ser dueños de testas interesadas, es que a partir de fines de septiembre, buena parte de la administración estatal no va a contar con un cariz político solamente, porque el nuevo gobierno se enfrenta a un estado de Quintana Roo, prácticamente en ruinas: es comprensible, entonces, que en algunas áreas estratégicas se necesiten, no simples actos políticos, sino un mayor énfasis a la cuestión técnica. El sexenio que se inaugura, es una etapa de talacha, de un estado prácticamente a la zozobra debido a la brutalidad en que Quintana Roo fue gobernado por una casta política en el que no había ni voluntad de servicio, y ya ni se diga preparación para ejercerlo y, menos, valores éticos llevados a la praxis.
De ahí que es interesante evaluar y admirar la inteligencia del nuevo gobierno para poner, en los focos rojos actuales del estado, a miradas expertas y con un trabajo de años en sus temas asignados: en el enlace ecológico –y Tajamar, la laguna Nichupté, los manglares, el peligro latente en la laguna de Bacalar, hacen forzoso elegir a un experto-, nada más lógico que tener a un biólogo con estudios de postgrado. En educación, la pedagogía y la mirada universitaria[8] no se pueden dejar en manos de personas que no logren discernir por qué en Quintana Roo no se cuenta, hasta ahora, con una universidad de alta competencia internacional, o cómo se debe enfrentar el tema de la educación con las nuevas reformas actuales en el país. En ese sentido, es un logro importante contar con el doctor Rafael Romero Mayo y la pedagoga Ana Vászquez, en esa área educativa. En Desarrollo social, se sustancia con el conocimiento de la titular de ese enlace, Candy Raygoza Alcocer. En Seguridad Pública, el titular del enlace es diametralmente distinto a un multichambista como el actual secretario de ese ramo, pues se eligió a un doctor en ciencias políticas y profesor investigador, nada más y nada menos, que del Colegio de México, y con experiencia en el ámbito nacional en asuntos de seguridad. Destacan, además, los empresarios como Jorge Portilla Manica, en el tema de la infraestructura; y algo que se sufrió mucho en el periodo del Felixato, la poca transparencia, se cubre completamente con la inclusión de la Directora General de Ciudadanos por la Transparencia, Cinthya Dehesa Guzmán, como enlace del Programa de Transparencia y Anticorrupción.
El caso de Julian Ricalde
En el caso de Julián Ricalde Magaña, me quiero detener un poco: en su momento lo señalé como otro símbolo del anti borgismo (el otro es el gobernador electo actual). A Ricalde Magaña lo han atacado vil y cobardemente muchos de esos periodistas pagados por la nómina del gobierno borgista. El gobernador electo lo puso en su equipo de transición, en un área muy temida por los borgistas y sus mercenarios de la pluma: en el enlace de la Secretaría General de Gobierno. Si Ricalde Magaña llegase a quedar, y ojalá y que así sea, estoy seguro que muchos borgistas a nivel estatal y municipal, que golpearon las libertades básicas, desviaron recursos y envenenaron la vida pública y hasta privada, no quedarían impunes. Definiendo al Estado de Quintana Roo como una “casa de madera con termitas”, corroída por donde se mire (en la política misma, en los municipios, en temas de la salud, en la educación, en las universidades, en la gangrena periodística sirviendo a la estructura felixista-borgista de forma descarada), a Ricalde Magaña no le temblará la mano para remover y transparentar los lados más oscuros de esa casa que se cae a pedazos: “Hacer un gobierno de transición” implica, es cierto, unas nuevas reglas del juego democrático que se avecina, pero esto no significa perdón ni olvido: “Carlos Joaquín –señalaba Ricalde Magaña -tiene un gran reto, y no porque sus antecesores lo hayan hecho bien. No, el reto es romper estas estructuras de poder desde la raíz, y tendrá que romperlas pronto para poder enderezar el barco, de lo contrario volverán más pronto que tarde o simplemente nunca se irán. Los grandes líderes no son los que conducen a la gente, son los que interpretan a la gente. Ni borrón ni cuenta nueva, ni perdón ni olvido. Ni venganzas justicieras ni cambios para que nada cambie”.[9]
El equipo de transición del gobierno electo actual tiene la característica de ser un equipo de un gobierno que se enfrenta a un trabajo titánico de recomposición y hasta de “albañilería” y obre negra, gris y blanca, pues la casa no solo está cuarteada en las paredes y resuma humedad, sino hasta en sus cimientos económicos, políticos, sociales, educativos. Es plural y preparado. Confluyen en él experiencia y oficio político con niveles académicos que no se vio en el Felixato. Tener a uno del CIDE, a uno del COLMEX, o a los pocos investigadores importantes de la UQROO -y comprometidos con la democracia, no los simuladores que han pertenecido a las mafias académicas y que fueron cercanos al borgismo y, por lo tanto, corrompidos- expertos en áreas educativas y de pedagogía o economía, es cualitativamente distinto a lo que se vio en pasadas administraciones, donde lo que campeaba era el multichambismo insufrible e ignorante. Aproximadamente, el 65 % cuenta con estudios de postgrado. Esto, en lógica simple y sin citar la idea que Max Weber tenía de la burocracia altamente competitiva, se debe a que la etapa que se inicia no es, como he dicho, de política solamente. Lo que se necesita, en un estado golpeado por los malos gobiernos de improvisados, es poca política y mucha administración y mayor cercanía del mundo académico y científico en los asuntos políticos para general políticas públicas razonables y prácticas en el estado, y no caer en absurdidades populistas como el programita borgista de Basura por Alimentos.
Si bien este equipo no es definitivo, este primer encuentro del grupo cercano del gobernador electo con la opinión pública me deja una agradable lectura de que la transición democrática quintanarroense se inicia bien, y con ganas y méritos propios de los que están ahí: académicos, empresarios, opositores históricos de ayer y de hoy (López Mena, Julián Ricalde), políticas comprometidas con el sur de Quintana Roo (Candy Raygoza) y en donde las mujeres hacen acto de presencia.
El papel de las universidades y el deshonor de la prensa impresa en Quintana Roo
Pero como en el Macondo tropical, con priistas resentidos por la pérdida de su antes imparable partido (y de su minita de oro, desde luego),[10] o con un grupo de panistas inconformes que hacen “fuego amigo” y guerra sucia en redes sociales a través de cuentas falsas por sentirse excluidos, amén de “perrodistas” que loaron en su tiempo al Felixato; hoy le buscan objeciones a todo y no comprenden la nueva dinámica que se abre en un tiempo en crisis donde el Estado se encuentra convaleciendo por tantos años de saqueo. Los del Macondo tropical, se quejan de que faltó más para la cuota chetumaleña. Señores, un gobierno plural y en donde se conjunta la diversidad, no puede actuar como antes se hacía en el viejo sistema: por medio de amiguismos y sin ver los méritos y el compromiso a cambiar las reglas del juego. Al respecto, cito un comentario de un conocido maestro chetumaleño, que ejemplifica cómo se trabajaba en ese viejo régimen que este gobierno de la alternancia debe modificar a partir de fines de septiembre, para transitar y profundizar en los caminos de la democracia:
“Hace unos días en este espacio expresé mi confianza al equipo de transición en la publicación de un gran amigo priísta (la amistad no está condicionada a preferencias de colores, incluido el arcoíris en su totalidad), y un ex funcionario de la dictadura que termina me respondió que para tener oficio político no son necesarios los grados académicos. Me ha preocupado bastante, pues esa frase bastaría para legitimar el paso por la administración pública de los comediantes taqueros, cochineras y mondongueros deshonestos de un melodrama nacional que parecía no tener final. Ese era el sistema tradicional priísta. Para ellos bastaban el amiguismo, la filiación y el compadrazgo. Colocaban entonces al hijo más incapaz, al lerdo, al retrasado, pues el hijo con carrera y exitoso ya tenía su futuro asegurado y podría trabajar por su cuenta. Con ello cerraban la puerta a profesionistas especialistas que podían aportar positivamente a la construcción de este todavía joven estado. Triste”.[11]
En tiempos en que el sistema priísta campeaba en Quintana Roo, las únicas voces y las únicas acciones en la administración pública, provenían de estos “comediantes taqueros, cochineras y mondongueros deshonestos”. A nivel estatal y, desde luego, a nivel municipal. En el caso del Borgismo, podemos apuntar el patetismo de estas voces neolíticas, concretizado en un deshonesto taquero que ha regenteado los destinos de Bacalar durante casi todo el tiempo de vida de este joven municipio. Frente a esos políticos multichambistas movidos por facción y sin la mínima idea de entender la complejidad del estado, la complejidad de las políticas públicas, y con poca o nula vocación de servicio, se encontraban los vociferantemente zalameros periodistas. Esta era la cadenita de la hegemonía del sistema priísta, que Julián Ricalde Magaña criticó en su artículo que hemos citado. Y si unos, los políticos multichambistas hablaban y deshacían; y otros, los periodistas, interpretaban y loaban los dichos y dicharrajos de sus patrones; otros más, el mundo académico, se afantasmaba y no se interesaba por ayudar para cambiar el estado de cosas.
El mundillo académico de Quintana Roo tiene que reestructurarse, la democracia y el cambio de las reglas del juego tienen que llegar igual a intramuros universitarios, y esto no se restringe únicamente al cambio de rectores, sino a la democratización interna de las universidades públicas como paso previo a la autonomía de algunas de ellas. La ética investigativa de la mayoría de los académicos de la Universidad de Quintana Roo –el caso que conozco mejor[12]-, en ese tenor, deja mucho que desear, en el sentido de que ésta ética, como función principal del científico, es discurrir, discutir, conocer y plantear soluciones a los problemas actuales que se generen en la sociedad. Otra, el determinar criterios de acción que permitan detectar los factores involucrados y la solución posible (estamos hablando de las políticas públicas). El científico, el académico, tiene como fin, al comprometerse en el avance del conocimiento regional, nacional e internacional, de servir a la humanidad o a la sociedad más próxima, para divulgar el progreso material “y espiritual” “a través de la divulgación de ésta por todos los medios posibles”, y, de ser posible, hasta el comprometerse con sus luchas mediante sus posicionamientos científicos, éticos y cívicos. Y sin qué decir de trabajar para que estos conocimientos se concreticen en políticas públicas y acciones de gobierno. Y esto cuando la ciencia es un esfuerzo colectivo humano que se orienta hacia el bien general.[13]
En Quintana Roo, actualmente, con el gobierno que concluye, no hubo ese eslabón necesario del campo político con el campo intelectual o universitario. Uno de los pocos académicos con una solidez ética y escasa entre la fauna de la UQROO, y que sí ha cuestionado y propuesto elementos teóricos para la democratización en el estado, y que fue víctima de las bajas pasiones autoritarias, es el doctor Xavier Gamboa Villafranca. Cuatro días antes de la histórica jornada electoral del 5 de junio pasado, el doctor Gamboa, en su columna “Extensionismo descalzo”, escribió sobre este silencio envenenado, o interesado,[14] de los “académicos de la ciencia social”:
“Desde los recintos universitarios de Quintana Roo, siguen…mudos nuestros cerca de medio millar de académicos que ahí ejercen profesionalmente como internacionalistas, politólogos, sociólogos, comunicólogos, economistas, antropólogos sociales, filósofos sociales, literatos, estudiosos de la enseñanza de lenguas extranjeras…Ausencia total, independientemente de la unidad de análisis que consideremos: mundo, regiones del país, Península de Yucatán, estados peninsulares, Quintana Roo, regiones quintanarroenses, municipios de Quintana Roo, localidades de Quintana Roo”.[15]
Frente al silencio inaudito de los académicos y los pocos intelectuales de una de las universidades en el estado que más ha sido cuestionada por su pasividad, su falta de transparencia y por estar drenada por intereses aviesos distintos a la academia, amén de encontrarse gangrenada interiormente por las indistintas mafias que la corroen de raíz y que la hacen desanclarse de la realidad y darle la espalda a la sociedad civil en conflictos que le atañen; [16] en Quintana Roo, la crítica y el análisis político estuvo, en el “Ancien Régime” que duró hasta el pasado 5 de junio, en un grupo de “exégetas” e intérpretes talmúdicos y dogmáticos, de los dichos, opiniones, citas citables plagiadas del Selecciones, chascarrillos y donaires de los políticos aviesos del patio, de esos que Rivera Santín denominó, con socarronería mayor, como los “comediantes taqueros, cochineras y mondongueros deshonestos”.
De vez en vez, en este antiguo régimen del compadrazgo y del mondongo dominguero, un político profesional, con ínfulas de opinante y escribidor, se volvía un intelectual orgánico rubricante de columnas indigeribles, pero hubo pocos de ellos, casi ninguno escribía más allá de unas frases deshilachadas. Para eso tenían a sus intérpretes talmúdicos. Estos se hacían llamar, o se nombraban como “periodistas”, una especie tropical de escribidores que, el dicho popular en tiempos del Felixato, razonaba que a los periodistas como a los pericos, sólo a chayotazos aprendían.
Desde luego que en este análisis crítico y hasta socarrón del periodismo en Quintana Roo, excluyo el trabajo de Noticaribe, Luces del Siglo, Sergio Caballero, Lydia Cacho, Pedro Canché, el periodista bloguero Luis A. Cabañas Basulto, y Carlos Cantón Cetina. Mi análisis tiene que ver con un grupo específico de “periodistas” acunados en Chetumal y con ramificaciones en Bacalar, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y los bebedores de café de Cancún, amén de las tres o cuatro plumas sicarias del Borgismo, que todos sabemos quiénes fueron. A este grupo de periodistas, Pedro Canché, cuyo trabajo fue duramente reprimido por el Borgismo, los ha caracterizado como los “capos del periodismo”, insertos en las mafias quintanarroenses de comunicación, y al servicio de estructuras de poder priístas y del quien les pague: los apellidos Romero Vara, Trejos (los dos Trejos), Arellano, González Durand, Ocman, Handall, Villanueva y sus infames primeros mestizajes, han servido y siguen sirviendo no para ejercer un periodismo veraz y objetivo, sino para torpedear y poner en limpio lo que sus jefes políticos (léase El Padrino) quieran decir, o bien para seguir saboreando convenios publicitarios jugosos con el gobierno entrante.
Recientemente, al saber del gabinete de transición, comenzaron a llover las críticas de estos que antes callaban las verracalidades del Felixismo-Borgismo: en el Por Esto! y Novedades salieron las críticas. Todos conocemos lo que se gasta el Por Esto!, en su cercanía procaz con el poder en Yucatán y en Quintana Roo. He hablado antes de él en un anterior ensayo.[17] Ahora, me restringiré al Novedades. Defenestrados los pasquines Repuesta y el Por Esto! , a ojos de los ciudadanos, este diario, que en los mentideros periodísticos se dice que es copropietario Félix Gonzalez Canto,[18] mediante “golpes de mazo”, “a tiro de piedra” y con “alertas rojas”, externarán sus molestias, enfados y resentimientos, los políticos basura que el 5 de junio fueron completamente barridos por la ola democrática vigorizada por el descontento y la molestia ciudadana ante una descomposición total del cuerpo social, político, económico, académico, periodístico y cultural en Quintana Roo, durante los últimos once años que duró el Felixato.
En la edición del martes 26 de julio, el Novedades de Quintana Roo, ese diario que se jacta de ser “el más antiguo del estado”, en dos de sus ediciones, tituló al equipo de transición actual como de un “oscuro gabinete”; y en otra editorial, en su sección chetumaleña, indicó que el gobierno electo se había olvidado del sur. La respuesta ante las aviesas formas de tergiversar los hechos por parte del Novedades, vino de El Madrazo. Revista digital de sátira política, donde al Novedades se le adjetivó perfectamente como lo que es: un diario renqueante donde el periodismo se hace bajo consigna, bajo “convenios”, o bajo la palabra del “capo di tutti capi”.[19]
Si bien se puede hacer la crítica a algunos elementos del equipo de transición, en el análisis desapasionado resulta que este equipo es diametralmente distinto, cualitativamente mejor, a los dos gabinetazos del Felixato, donde la chabacanería y la improvisación fueron la norma. El malestar del Novedades, o de los testaferros escriturales de los políticos que hacen mover el muñón a estos columnistas, es que en el equipo de transición no existen muchos chetumaleños, siendo Chetumal el que le dio el triunfo al joaquinismo. Insisto, este gobierno actual no será hecho con un énfasis políticamente solamente (excluyo la secretaría general de esta última aserción), sino lo que urge, actualmente, es el trabajo administrativo y la composición de la casa.
Algo que me sorprendió y me dejó con un buen sabor de boca, fue que en el equipo de transición existen investigadores, y académicos que cursaron estudios en universidades y centros de investigación de prestigio internacional como el CIDE, o estudios de postgrado en la UNAM o el Colmex. Para el Novedades, esta excelencia académica del equipo de transición no le dice nada, pues aparte de la incorporación de “foráneos” (y esto cuando la mayoría de sus columnistas políticos no son originarios ni de la Península; el “nativismo” del Novedades resulta insostenible en un estado que se ha forjado con migrantes de todos lados), el Novedades duda de que, no obstante de estar “muy capacitados en la cátedra”, no cuenten con la “sensibilidad requerida”. ¿Acaso para el Novedades, el baremo de la sensibilidad a los problemas sociales de Quintana Roo, es según la marca dejada por los felixistas-borgistas? Invocando a un fascismo tropical los columnistas de este periódico, no nos sorprendamos, entonces, del poco nivel de crítica y análisis que existen actualmente en Quintana Roo.
Y de ahí que tengamos políticos con un bajísimo nivel de exigencia, y unos simples faroles vulgares que les aplauden o les escriben la nota por consigna. Las críticas, si bien son bienvenidas, provienen de un diario peor que el Por Esto! Porque del Por Esto!, sabemos que se trata de una sentina sus editoriales y columnas políticas. El Novedades de Quintana Roo, sobre todo el de Chetumal, es más fariseo ya que se posiciona como un periódico neutral. Es peor que boñiga. Y como dijo Pedro Canché: ahora hablan, y cuando el Borgismo deshacía, simplemente loaban. Recordemos que ninguno del Novedades -y sin hablar del silencio criminal de los que se dicen periodistas del Sistema Quintanarroense de Comunicación Social- se solidarizó con Pedro Canché en la cárcel. Eran tan cínicos, que hasta aplaudieron y ponderaron la ley Borge contra la libertad de ejercer el periodismo. El columnista político estrella de esa pasquín felixista, en el momento en que se cocinaba la Ley Borge contra el oficio periodístico en el estado, pontificaba y arremetía contra los críticos de esa ley, del modo siguiente: “descalificar por adelantado no se vale, sobre todo cuando existe la postura de apertura a todas las voces en la creación de una legislación en pro de la libertad de expresión que puede convertirse en un ejemplo a seguir por otras entidades”. Era Chávez Ataxca el de la cláusula. Hoy sabemos que no fue en pro de la libertad de expresión, y mucho menos “un ejemplo a seguir por otras entidades”.[20]
No es el Por Esto! ni el Respuesta el diario mercenario, sino éste pasquín. Este periódico, el más antiguo de Quintana Roo y, como tal, el que nació con un sistema político que ha finalizado. En ese sentido, habría que jubilar a ese periódico y a sus periodistas, a esos que callaron y fueron cómplices del Borgismo cuando se violentaba la libertad de expresión de Luces del Siglo y de Noticaribe, cuando amenazaban a Cacho y cuando encerraban a Pedro. Ese diario infame y mendaz, el vejestorio que se dice periódico.
La crítica, en escenarios democráticos, vigoriza el entramado social. Pero la crítica que actualmente realizan los “periodistas del caribe”, tiene mucho de ficción, de interés y de dados cargados. Apunto un pertinente comentario que leí hace unos días del doctor Gabriel Aarón Macías Zapata, uno de los pocos académicos de Q.Roo (obviamente que del CIESAS) qe han escrito para abrir los criterios y airear las letras escritas por consigna de muchos gacetilleros del patio. Dice Macías Zapata, respondiendo a las columnas del Novedades:
“Quisiera imaginar si el PRI hubiese ganado las elecciones; al nombrar Mauricio a su equipo de transición estaríamos viendo desfilar a los mismos funcionarios de siempre, a los que el pueblo quintanarroense rechazó de manera contundente las pasadas elecciones. Mientras tanto, estos medios serviles estarían exaltando a ocho columnas la “atinada” elección del priista de su gabinete, derramando litros de tinta para exaltar sus supuestas virtudes, su “honradez”, su popularidad, y de paso, señalando que el pueblo los recibía de manera grata y que serían garantía de una buena transición. Y eso aplica también al Por Esto!, que ahora que los mismos diputados priistas han echado para atrás parte del paquete de la impunidad, están hechos bolas para dar esa nota porque en días pasados señalaban que los diputados borgistas actuaban con todas las de la ley. El precio que pagan estos medios, aparte de que reciben el repudio de la ciudadanía que ahora es más difícil manipular, es que ellos mismos se enredan en sus notas fantasiosas y manipuladoras”.
Coda: la yegua del Padrino y las plumas del patio
Cuando el Padrino mandaba y se daba el lujo de poner, cual Calígula tropical, a su caballo en la silla, o a su yegua de anca ancha como diputada federal, las plumas del patio chetumaleño aplaudían como focas. Cada aplauso equivalía a un peso más en la nómina del Vocero. Hoy que el Padrino y su botarga ya se van, y hoy que la nómina y los convenios no se darán, las antes aplaudidoras plumas de antaño, demuestran hogaño su irritación. Esas plumas, que fueron capaces de aplaudir hasta a la yegua del padrino, ahora descubren una nueva cualidad: son capaces de desdoblarse.
Del equipo de transición, las universidades y el diario más viejo del trópico chetumaleño
1 agosto, 2016 por gilberto avilez tax
Novedades-Chetumal
Hace unas semanas, visitando una librería de Chetumal que se encuentra en una conocida plaza, comprobé cómo la cultura libresca se presentaba en el ciudadano promedio: una madre de familia pedía informes a una vendedora sobre un libro que le interesaba a su hijo adolescente. Le preguntaba, a la vendedora, que qué contenía ese libro, que si era recomendable para la lectura, o en definitiva, había que rechazarlo porque podía herir el “pensamiento” de su vástago.
Con unos niveles abismalmente bajos de lectura en una sociedad como la mexicana,[1] entrar de lleno a las creencias de la gente sobre esta acción que, para mí, que leo hasta en los baños y me parece tan natural como tomarme cada mañana el café, me trajo recuerdos de pasadas lecturas, como el ensayo del nobel peruano Mario Vargas Llosa, “La civilización del espectáculo”. En ese texto, Vargas Llosa arremete contra la actual ligereza intelectual que cunde en una sociedad “posmoderna” donde se observa el alejamiento o “la retirada de la palabra”, el vaciamiento de los discursos, la masificación de la cultura, el facilismo, la reducción del campo semántico del individuo, la idiotización colectiva (recientemente, con el Pokémon Go), la cultura de la imagen, y que es muy distinta a la cultura elitista, erudita y excluyente.
Citando a Steiner, Vargas Llosa recordaba que en la actual barbarie digital, la larga tradición humanística –desde la poesía, el pensamiento religioso, el arte- ha “desaparecido de la inmediatez personal para entrar en la custodia de los especialistas”. La cultura libresca, en ese sentido, es un territorio hosco, hostil, y reservado para trasnochados especialistas. Frente a esa cultura libresca, esta civilización del espectáculo pone en primer lugar, en su tabla de valores, el entretenimiento, la diversión, el escape del aburrimiento. Con pocos elementos teóricos, no se puede analizar y cuestionar el poder, esto siempre ha sido entendido a la perfección por la vieja escuela marxista. Lenin, en ¿Qué hacer?, recogiendo la tesis de Kautsky sobre la “intellighenzia”, era de la idea de que la conciencia socialista – o en jerga moderna, la comprensión y el ir más allá del sentido común del vulgo, como quería Bourdieu- sólo surgía con el conocimiento científico de la realidad, conocimiento que frecuentan, o en teoría, deben frecuentar los intelectuales. En el caso de las sociedades latinoamericanas, este prurito lúdico de las sociedades de masas hace acto de presencia en un cuerpo social reacio a la lectura. Es decir, si bien la madre del “doctor” es más inteligente, cosa que a mí me importa un carajo, la inteligencia de la señora se restringe al sentido común.
En Quintana Roo, durante los últimos años, hemos visto cómo se creaban figuras políticas mediáticas y reducidas a las redes sociales que le han dado, según Umberto Eco, voz –pero igual imagen- “a una legión de idiotas”; figuras políticas diametralmente distintas a los de la vieja guardia, sin contenido político más que una cara hermosa o un discurso demagógico pero vago y sin sustancia. Sociedad donde la lectura se hace difícil y las universidades públicas crean analfabetos funcionales que no profundizan en la abstracción teórica y conceptual si son de humanidades;[2] en Quintana Roo, la crítica que pudieron haber hecho sus pocos intelectuales, poetas, escritores y académicos, nunca se dio. Y más si podemos definir, de un tiempo a esta parte, a las universidades públicas, en el que el trabajo académico, y la misma condición laboral en ellas, han sido drenadas no sólo por estructuras políticas autoritarias, sino por el asalto neoliberal en la educación pública.[3]
Lo que Vargas Llosa pensaba de la cultura –léase el trabajo intelectual- en sociedades abiertas, cuya labor estriba en “ejercitar una influencia sobre la vida política, sometiéndola a una continua evaluación crítica e inculcándole valores y formas que le impidan degradarse”;[4] en Quintana Roo, sociedad que durante 42 años fue todo pero muy poco de sociedad abierta como lo entendía Karl R. Popper, la cultura, al menos el círculo cerrado de la cultura en Chetumal con la Universidad de Quintana Roo y su “gran poeta” y sus pequeños poetas, nunca ha ejercido una labor crítica,[5] una evaluación continua y un análisis de la política, que en tiempos del Felixato, llegó a niveles cretinescos apuntados por Vargas Llosa para la civilización del espectáculo, en el que la política reemplazó cada vez más “las ideas y los ideales, el debate intelectual y los programas, por la mera publicidad y las apariencias”, y en donde la popularidad y el éxito se conquistan “no tanto por la inteligencia y la probidad como por la demagogia y el talento histriónico”.[6]
[1] Y cuando se hace la crítica al poquísimo nivel de lectura entre los mexicanos, no hay que irnos con la errada idea de que esto sólo se da en contextos de bajo nivel educativo. Gabriel Zaid, hace diez años, escribió un pequeño ensayo donde hacía patente lo que ya en otros textos suyos, como De los libros al poder, había establecido: los universitarios, incluido los especializados con postgrados, y hasta los docentes universitarios, no leen más que lo necesario, más que su “tema”. Cfr. Gabriel Zaid. “La lectura como fracaso del sistema educativo”. Letras libres. Noviembre de 206, pp. 40-41.
[2] Léase un trabajo de Emmanuel Martínez donde hace una disección un poco dura de los profesionistas del estado: “Quintana Roo, un Estado sin profesionistas ni competencia laboral especializada”. Estos Días. No. 458, lunes 25 de abril de 2016, pp. 5-8.
[3] “Noam Chomsky: El trabajo académico, el asalto neoliberal a las universidades y cómo debería ser la Universidad. En http://ssociologos.com/2014/03/13/noam-chomsky-el-trabajo-academico-el-asalto-neoliberal-a-las-universidades-y-como-deberia-ser-la-educacion/
[4] Mario Vargas Llosa. La civilización del espectáculo. México, Alfaguara, 2012, p. 129.
[5] Restringidos al ámbito académico, la presencia en redes sociales de los apuntes, pareceres y comentarios de algunos investigadores del estado, aunque reducidísimos en su divulgación, sirvieron como contrapunto agradable, ante la anomia y el silencio estúpido de buena parte de los “académicos” de Quintana Roo, en las pasadas elecciones estatales. Pero dos o tres golondrinas no dan para hacer ni un verano candente.
[6] La civilización del espectáculo…p. 130.
[7] La onagrocracia, es el “gobierno de los burros”, y fue un término acuñado por Benedetto Croce para satirizar la ignorancia de los jefes fascista. Cfr. Norberto Bobbio: El filósofo y la política. Antología. Estudio preliminar y compilación de José Fernández Santillán. Prefacio de Norberto Bobbio. México. FCE. 2004, p. 433.
[8] Sobre todo, en el muy discutido y difícil caso de la UQROO, con un rector borgista y demasiada mafia académica que han defenestrado el objetivo primero de esa universidad, que es formar ciudadanos universales y profesionales competentes.
[9] “Un cambio verdadero va a implicar nuevas reglas del juego”. Por Julián Ricalde Magaña. Noticaribe, 30 de junio de 2016. En http://noticaribe.com.mx/2016/06/30/un-cambio-verdadero-va-a-implicar-nuevas-reglas-del-juego-por-julian-ricalde-magana/
[10] En un trabajo anterior, apunte qué la hegemonía priísta en Quintana Roo no era tal, al menos desde 1999, si la oposición se hubiera puesto a trabajar, ya tendríamos 17 años de alternancia transcurridas.
[11] Comentarios del maestro Álvaro Rivera Santín puesto en su muro de Facebook. 28 de julio de 2016.
[12] La conozco desde licenciatura hasta maestría.
[13] Ojeda, Juana; López, Janeli; y Ernesto Salas. “El valor ético de la responsabilidad social en la investigación”. Opción, vol. 28, número 68, mayo-agosto, 2012, pp. 380-390. Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela.
[14] Mi idea simple de por qué la gran mayoría de los académicos de la UQROO –los de la División de Ciencias Sociales y los de la Ciencias Políticas y Humanidades- no participaron en el proceso electoral, se debe a que muchos fueron colaboradores del borgismo, y que no querían, y no desean, una reestructuración completa y democratización de la Universidad de Quintana Roo. Desean seguir viviendo en su gran vida, entre simulacros académicos. La clara excepción, para la UQROO, fue el comprometido trabajo democrático del doctor Romero Mayo y la pedagoga Ana Vásquez, actualmente cubriendo el Enlace de Educación en el nuevo gobierno.
[15] “Extensionismo descalzo…con ayudadita para que participen académicos de la ciencia social”, por Xavier Gamboa, Chetumal, Quintana Roo, 1 de junio de 2016.
[16] Actualmente, en un libro en proceso, analizo los 25 años de la UQROO y disecciono su declive progresivo a partir del rectorado de Franciso Rosado May. Vale la pena leer, además, los trabajos periodísticos de Anwar Moguel y Javier Chávez Ataxca. Sin embargo, puedo apuntar lo siguiente de la Universidad de Quintana Roo: Yo estoy convencido de que las mafias académicas de la UQROO –existe hasta un intelectual orgánico del priísmo, el licenciado Mario Vargas Paredes, con cubículo en la UQROO y en el Congreso del estado y que hace años que no se planta a dar clases, lo cual amerita su completa expulsión- desaparecerían con un rectorado de transición necesario. Es inviable que siga en el rectorado, en este caso, un funcionario gris y sin galones académicos serios como Ángel Rivero Palomo, un borgista convencido. El problema de la UQROO, no es que solo sea vista como un botín de burócratas, como una dependencia más de gobierno, sino que los mismos académicos (las mafias, las vacas sagradas y los becerros que desean ser tal), bastantes administrativos, y otros organismos internos, han visto como botín, para sus cuotas de poder, los puestos de mando como áreas y divisiones académicas. Las “guerras intestinas” que se dieron en el rectorado de Elina Coral, si bien no se presentan actualmente, todavía están ahí, y una hipótesis que una investigadora de la UQROO me ha señalado, es que el propio Angel Rivero Palomo, secundado por su cuñado Luis Fernando Samaniego, por el sociópata Édgar Sansores y Nancy Quintal (secretaria general en tiempos de Elina Coral), los tres últimos, investigadores actuales de la UQROO, golpetearon el rectorado de Elina Coral hasta obligarla a renunciar. Salvo Nancy Quintal, Edgar Sansores, Rivero Palomo y Luis Fernando Samaniego, todavía están en dicha universidad. Y en otras divisiones, y en otras carreras, todavía están ahí los privilegiados que hacen y deshacen desde direcciones, puestos de mando, dilapidan recursos, se dan la gran vida en viajes de turismo académico a costa de los pocos recursos de la universidad, simulan investigaciones, y han dejado, a la UQROO, desplumada y triste, lejana y sola.
[17] Cfr. mi texto: “Diario de Campo. Lectura de un pasquín ‘revolucionario’´´. Noticaribe. 14 de mayo de 2016. En http://noticaribe.com.mx/2016/05/14/diario-de-campo-lectura-de-un-pasquin-revolucionario-por-gilberto-avilez-tax/
[18] “Rompeolas: El ‘capo di tutti capi’ presume su arsenal”. Noticaribe, 29 de julio de 2016. En: http://noticaribe.com.mx/2016/07/29/rompeolas-el-capo-di-tutti-capi-presume-su-arsenal/
[19] Véase la siguiente liga: http://elmadrazo.com.mx/periodismo-de-consigna-contra-el-hijo-desobediente/
[20] Esta Ley Borge contra la libertad de ejercer el periodismo, y que en este 2016 fue declarada su inconstitucioanalidad en unos artículos polémicos, como el de la acreditación oficial para ejercer el periodismo, sin duda tenía como destinatario a Pedro Canché. A Pedro, nadie le daría una acreditación oficial para ejercer el periodismo, como establecía dicha ley: ni el Novedades, ni el Por Esto!, el Quequi o el pasquín Respuesta, cuyos hermanos Millar, cubanos infames, tantas veces denigraron a Pedro. Por lo tanto, en la ley que defendieron, alabaron y hasta sopesaron sus virtudes “democráticas” los “Periodistas del Caribe”, Pedro estaba fuera de protección alguna, Pedro no era periodista, a Pedro no se le podía designar como tal.
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DR HOMERO SALE DE LA JS1 DE SESA POR CORRUPCION LO ENCONTRARON CON UN CHEQUE DE 100 MIL PESOS, FUE EN LA EPOCA DE HENDRICKS, DR BERMUDEZ SIN DOCTORADO NI 3 MAESTRIAS SOLO SU LICENCIATURA Y UNA MAESTRIA CON DOBLE TITULACION QUE OFRECE LA SALLE EN MEXICO A DISTANCIA, AMBOS SORPRENDEN AL GOBERNADOR ELECTO, SOLO VEAN LA PRENSA DEL SEXENIO DE HENDRICKS Y LO OTRO CONSULTEN LA PAGINA DE LA SP DE CEDULAS PROFESIONALES
Muy buen artículo, desgraciadamente nunca se podrá tener contentos a todos, lo que sí es una realidad, que cada quien está haciendo un súper esfuerzo por hacer lo correcto y con conocimiento el devastado estado en que nos encontramos a lo largo de 18 años Hendricks, Félix y Borge, pueblo Quintanarroense dejen que trabajen, hay algunos que están empeñados en el nativismo, que sucedió con los que son de aquí ? Enriquecerse a costa de todo, observen como estamos? Sobre todo Chetumal, la gente que está ahí es porque ha demostrado su capacidad y si no es así, el contador hará ajustes, no recuerdo que en los 18 años más espantosos de Chetumal sobre todo, hayan tomado encuentra al pueblo,para construir. Dejen de criticar lleven propuestas, a la gente que está ahí. Les aseguro que lo,están haciendo con el corazón, la razón, honestidad, ética y profesionalismo. Por un mejor Quintana Roo, seguro, etc…….ya quisiera que tomará posesión contador para empezar a ver el desarrollo en todas sus dependencia por el bien de nuestro estado.
El señor Dr. burocrata Homero León Pérez apenas hace unos meses se pensionó por «años de servicio» ese individuo nunca dio consulta en su vida laboral, me consta una vez en una fiesta, uno de sus familiares salio corriendo para la cruz roja para ponerse una inyeccion y otro familiar le dijo que no era necesario ya que aqui en la fiesta esta tu tío homero el te la puede aplicar, el joven hizo un gesto de total desconfianza y dijo noooo mejor me voy a la cruz roja, ni su familia confía en el como profesional de la salud, no veo la de donde Intelectualmente hablando Homero va a implementar un programa novedoso y ala vez complicado de «medico a domicilio» tambien es una jalada de Carlos Joaquin, que explique Homero de donde salió tanto dinero para comprar las 8 placas de taxi de tiene en Cancun, el edificio de apartamento y locales comerciales en Playa del Carmen y diversos locales comerciales en Cancun y Chetumal, la mansion que tiene en Alfredo B. Bonfil, ademas tiene varias cuentas bancarias de HSBC con varios millones de pesos en efectivo, y un largo etc………