Por Enrique Huerta
Al rezago social y económico que hay en el municipio Felipe Carrillo Puerto –enclavado en la zona maya de Quintana Roo–, se le suma la falta de justicia, en donde las prácticas ilegales abundan -tales como negligencias, omisiones y corrupción-, incluso hasta en los juzgados.
Ejemplo de ello es el caso de Baltazar Barzón, quien se encuentra tras las rejas en la cárcel local, acusado de violación contra una menor, a pesar de que no haya pruebas en su contra y de su endeble salud.
Es más, el juez en turno, Abraham Alberto Loeza Ortiz, ni siquiera ha emitido una sentencia, pese a que hace cinco años inició el proceso judicial, lo cual contraviene la Constitución, al violar la presunción de inocencia.
Miembros de la familia no dudan en señalar al juez Loeza Ortiz como un corrupto, pues aseguraron que este hombre se ha dejado influenciar por un familiar de la presunta agraviada que labora dentro de los juzgados de Felipe Carrillo Puerto.
La familia del acusado aseguró que el señor Baltazar Barzón ha gastado los últimos cinco años de su vida en condiciones pésimas para alguien con una salud endeble como él y que, además, ante la falta de pruebas, el juez ni siquiera ha emitido sentencia durante el lustro que ha durado este proceso.
Uno de los puntos a favor de Barzón, es que la Fiscalía no tiene pruebas de la comisión del delito. Incluso aseguraron que ésta perdió las pruebas de ADN tanto de la supuesta agraviada como del presunto culpable, lo cual es base en su argumentación legal en contra de este curandero maya que, además, está enfermo por cuestiones de edad.
Ante ello, la familia de Barzón pidió a la justicia local que acelere el proceso, el cual ya debió de haber concluido pero sigue en pie por las omisiones y negligencias del juez penal del municipio de Felipe Carrillo Puerto, Abraham Alberto Loeza Ortiz.