Vida y Memoria
La política del silencio de Cristina Torres
Abraham Gorostieta
A poco más de cien días de haber iniciado su gobierno en el municipio de Solidaridad, la edil Cristina Torres enfrenta una crisis que se le puede salir de las manos debido a los últimos hechos ocurridos en Playa del Carmen, que si bien es heredada de administraciones pasadas, principalmente de Mauricio Góngora, no debe ser por ello menospreciada.
Hasta hace cuatro meses el entonces alcalde, Mauricio Góngora, suspirante a la gubernatura de Quintana Roo, consentía a los dueños y directores de medios de comunicación locales. Durante su gestión regaló no sólo cientos de miles de pesos a los testaferros empresarios de los diarios quintanarroenses, sino que también obsequió extensos terrenos en el municipio de Solidaridad, cuya plusvalía se encuentra en las más altas del país.
La prensa caribeña elevaba hasta los altares a Mauricio Góngora, y en sus portadas lo exhibían como un héroe, “el mejor alcalde de Solidaridad”.
Como edil, Góngora Escalante, gastaba cantidades millonarias en publicidad para glorificar su imagen. Los periodistas de Quintana Roo recibían una cuota por los favores mediáticos pero los dueños de los diarios eran recompensados a manos llenas.
Y alabar al edil, ocultar información, ofrecerla sesgada o manipular a la opinión pública resultó ser un muy buen negocio pues a los dueños del diario Respuesta, Quequi y Por Esto!, como por arte de magia, les fueron otorgados terrenos enormes en el municipio de Solidaridad, sin incluir, los jugosos contratos de publicidad con los que eran agasajados año tras año.
Para la gran mayoría de la prensa quintanarroense Mauricio era simpático, sin defectos, el prohombre que se daba el lujo de utilizar los recursos del erario para promover su imagen y de paso, ocultar o no dar la información a los playenses sobre temas que son fundamentales, por ejemplo, el dinero que se gastaba en obras públicas, la erosión de las playas, el impacto ecológico de los hoteles y restaurantes, del turismo, la inseguridad y la penetración cada vez más evidente de la delincuencia organizada.
Cuando el político perdió su poder ningún periodista derramó una lágrima al verlo caer en desgracia. Atrás quedaron los halagos.
La actual edil de Solidaridad parece que sigue los mismos pasos. En los recientes hechos que ha sufrido la Rivera Maya, Cristina Torres ha adoptado una política “de puertas cerradas”.
La edil tiene la obligación de informar que es lo que sucede en el municipio que administra. Ese fue el mandato ciudadano en las pasadas elecciones. Debe informar sobre el porqué hay tantos baches en toda la ciudad sin que sean cubiertos. Del porqué el sistema de recolección de basura tarda tanto en ir a nuestros hogares. De qué se está haciendo para frenar el problema de erosión de las playas. Informarnos cuál es el estado real de las finanzas de los centros de salud y hospitales. Del qué se hace con nuestros impuestos. De qué sucede con las policías, a qué grado están podridas nuestras instituciones policiacas.
Informarnos si existe o no un proceso abierto en contra de las autoridades pasadas por enriquecimiento ilícito, malversación de fondos, y mal uso del dinero público. ¿Mauricio Góngora enfrenta algún proceso judicial por dejar el municipio en la banca rota? ¿Por empeñar a Solidaridad, llegando a ser está la entidad más endeudada en todo el país? ¿Rosana Díaz, la ex directora de Comunicación quedará impune?
Informarnos quiénes son los delincuentes, de quién hay que cuidarse. Cuáles son los problemas de nuestra ciudad. De eso nos debe de informar. Pero existe una política de cero información, dirigida por el actual director de Comunicación Social del municipio. Y eso es que sólo informan “a medias” de manera “positiva” poco realista lo que sucede en Playa del Carmen.
Después de los hechos de violencia ocurridos hace unos días, medios digitales comenzaron una campaña de “buenas noticias” sobre Playa del Carmen. Con el hashtag Yo amo playa, negaron lo evidente, el crimen organizado esta en Solidaridad y esta en guerra.
Así, las redes sociales y los medios digitales fueron inundados de noticias que no eran falsas pero sí amañadas. Los llamados influencers entraron al quite. En la oficina de Comunicación social tienen la idea de que ahora los jóvenes se informan a través de las redes sociales y a eso le apuestan.
Se equivoca Cristina Torres con está política, si bien es cierto que la prensa tradicional en Quintana Roo se ha ganado a pulso el descredito y la marginación de los ciudadanos, la opción no es cerrar sus puertas a la información. No con buenas noticias se gobierna, para ejemplos están los casos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Matizar la información, pasarla por el tamiz no hace que no exista.
Desde hace cuatro meses, he insistido para que la edil me conceda una entrevista. La respuesta ha sido nula, además de un bloqueo por parte de la oficina de Comunicación Social y su director. Ante las preguntas: ¿Qué está pasando en Playa del Carmen? ¿Cuál es la posición del gobierno municipal ante el crecimiento de la delincuencia organizada, el incremento del narcomenudeo en La Quinta, en La doce? La respuesta fue un escueto: “no es un tema que nos competa, es un tema federal”. En efecto es un tema federal, pero también local.
El gobierno de Cristina Torres opta por querer poner a todos una cinta en los ojos y endulzarnos los oídos cuando las balas y tiroteos ya están tocando nuestras puertas.
El gobierno de Cristina Torres, cual calca de su antecesor, Mauricio Góngora, seduce a los medios digitales quienes la adulan como una gran funcionaria. La mejor.